EL PAíS › DE LA GéNESIS DE LA CONCERTACIóN K A LA REELECCIóN

Un fiel a la Casa Rosada

Desde el radicalismo, Maurice Closs fue uno de los primeros en ensayar un frente electoral con el peronismo de Carlos Rovira. En 2007, llegó a la gobernación de Misiones y consiguió una avalancha de votos para su nuevo mandato.

Porque es hijo de prósperos empresarios, alguna vez Maurice Closs tuvo que decir que su parecido con Mauricio Macri sólo se reduce a una remota cercanía en el sonido de los nombres y la pasión por la camiseta de Boca. Cuando sus raíces radicales hicieron que alguien le pregunte si alguna vez tuvo un vínculo con Elisa Carrió, el nuevamente electo gobernador de la provincia de Misiones fue todavía más enfático: dijo que la tuvo como profesora en Derecho Constitucional y Derecho Político, “nada más”, aclaró.

Maurice Closs suele recordar que formó parte de la génesis de lo que más tarde se desarrolló en todo el país como la Concertación Plural. Misiones venía de dos mandatos peronistas de Ramón Puerta y Carlos Rovira estaba terminando su primer mandato e iba por el segundo período de gobierno. En ese contexto, aliado a Rovira armó el Frente Renovador de la Concordia en el que confluyeron peronistas, radicales e independientes. Para entonces, Maurice Closs tenía 32 años y en ese gobierno –unido ante el espanto de la victoria de Puerta– asumió la jefatura de Gabinete de ministros. En 2007, cuando el humor ciudadano –encabezado por el obispo Joaquín Piña– rechazó la reforma de la Constitución con la que Rovira quería renovar por tercera vez su mandato, Closs se convirtió en el candidato a jefe de Gobierno, con la bendición de la Casa Rosada.

En los primeros meses del gobierno, el nuevo gobernador intentó explicar qué era ante la premura de los interlocutores que necesitaban ubicarlo de uno u otro lado: “A mí el radicalismo me expulsó en junio de 2003 –dijo–, inicié un camino conducido por el presidente Kirchner y me mantengo en ese camino, por eso digo que el caso mío es bastante particular, porque no me siento radical K, nunca podría ser peronista y tampoco soy del Frente para la Victoria”.

En la página oficial de la provincia, el entonces flamante gobernador construyó su trayectoria anclada sobre sus dos motores: se presentó como abogado, con posgrados y cursos de especialización en los Estados Unidos y en la sede de la Cepal chilena. Y por otro, mostró el escalonamiento firme y acelerado dentro de las filas del radicalismo, un ascenso que lo llevó de dirigir la Juventud Radical entre 1996 y el año 2000 a presidir dos años más tarde el Comité provincial del Partido. Aun así, las crónicas sobre su vida no suelen mencionarlo solo: a la hora de los créditos recuerdan la figura de su padre.

Maurice Closs es hijo de Marina Olsson, una docente, y de Ramón Closs, un empresario, a quien las crónicas ubican como poderoso magnate con negocios en el mundo hotelero, el transporte y combustibles. Ramón Closs fue intendente de Aristóbulo del Valle, la localidad del centro de la provincia donde en 1971 nació el gobernador. Se dice que él también fue el artífice del primer acuerdo con Rovira y la persona que terminó colocando a su hijo en su jefatura de Gabinete.

Herencias aparte, Maurice se ubicó desde 2007 entre los gobernadores alineados a la Casa Rosada, aunque cuando hizo falta salió a marcar terreno. El año pasado, cuando la oposición quería invalidar el impuesto al cheque, Closs aseguraba que cambiar eso era cambiarle al Gobierno las reglas de juego a tres meses de haber empezado el año. Pero a la par se paró entre los gobernadores que pulsearon cuanto pudieron mejor cuota de coparticipación, cuando los fantasmas de la derrota de 2008 en las legislativas nacionales los encontró por algún tiempo algo fortalecidos. “La coparticipación de Misiones es injusta”, dijo Closs. O “es la peor provincia coparticipada del norte”. Pero en ese contexto agregó pimienta para los capitanes de las provincias más grandes: “El esfuerzo que hace Misiones contra la pobreza es titánico e injusto”, dijo. “Cada gobernador tiene su propia realidad”, dijo, “los que no están endeudados con la Nación y reciben mucho de la coparticipación no quieren discutir la Ley porque no les conviene y van a hablar del impuesto al cheque. No van querer discutir la coparticipación.”

En esos meses, pareció desmarcarse de quienes impulsaban el postkirchnerismo. Uno de los impulsores era el joven gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, que buscaba instalar la lógica de que el próximo gobierno debería estar en manos de las generaciones más jóvenes. En ese contexto, ante una pregunta de Página/12, Closs explicó que estaba de acuerdo con la necesidad de aumentar los espacios para la generación de los más jóvenes, pero pareció dejar más claro que todavía no era el momento. ¿Fue un error lo de Urtubey?, preguntó este diario. “Yo creo que manifestó algunas coincidencias generacionales. Más que eso no creo... Y en lo personal, no lo escuché a él decir otra cosa salvo que había que empezar a trabajar a nivel generacional para armar equipos y para pensar. Pero no en la mirada del 2011. En el mediano y largo plazo.”

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“La coparticipación de Misiones es injusta”, suele repetir Maurice Closs.
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