“Don Francisco, no sabía de su trabajo pastoral”, le manifestó la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, al papa Francisco en una carta que le envió y en la que expresó que, habiendo conocido su “entrega y trabajo en las villas”, comenzó a sentir “esperanzas de un cambio en el Vaticano”. Bonafini le solicitó en la misma nota “no luchar por una Iglesia para los pobres” sino unirse “a todos los que en este mundo injusto luchamos para que se termine la pobreza y alguna vez la igualdad sea una realidad”. Además celebró la posible beatificación del sacerdote Carlos de Dios Murias –secuestrado junto a Gabriel Longueville en 1976– y adjuntó a la misiva un listado de clérigos del tercer mundo asesinados y desaparecidos. Le agradeció también “por leer la carta de una Madre a la que le arrancaron toda la familia y que, junto a su hija y a muchas Madres de Plaza de Mayo, sigue luchando desde hace 36 años por una Patria libre, justa y soberana”. Concluyó metafóricamente: “Gracias, Don Francisco, y cuando se encuentre con el Papa en el Vaticano, cuéntele de mi pedido, que es el de millones de Madres”.