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Prácticamente siete de cada diez personas piensa que el nuevo Indice de Precios al Consumidor, nacional y urbano (IPC NU) es una creación necesaria y positiva. Parece cantado que semejante aceptación tiene que ver con el descrédito que tenía el anterior índice, pero también le pone límites a la campaña mediática y de los consultores tradicionales para quitarle credibilidad.

De acuerdo con la encuesta del CEOP, 69,3 por ciento de los consultados en su sondeo nacional afirma que el nuevo índice tiene mucha o bastante importancia, frente a un 25 por ciento que le asigna poca o ninguna relevancia.

En paralelo, un 63 por ciento ve con buenos ojos que se haya creado el IPC NU, y la realidad es que la aceptación viene creciendo. Estaba en un 57 por ciento hace un mes y trepó seis puntos en los primeros 30 días.

El debate sobre los índices de precios viene de lejos y existe en casi todos los países del mundo. En la Argentina estuvo en el centro de la escena a raíz de la intervención del Indec, lo que le quitó credibilidad. Se produjeron situaciones paradójicas: el Estado, a través del Indec, daba a conocer un IPC, mientras que el Estado negociaba con sus trabajadores aumentos de salarios muy distintos, en los que tácitamente aceptada un índice diferente.

Durante el último año, hubo una intensa negociación para poner en marcha el nuevo IPC, incluyendo el asesoramiento de especialistas del Fondo Monetario. Finalmente, el mes pasado se dio a conocer el primer IPC NU con pocos cuestionamientos. De todas maneras, casi de inmediato comenzó una campaña mediática para desacreditarlo. El jefe de Gabinete tuvo que salir a la cancha para calificar de “mamarracho” el índice que da a conocer la oposición cada mes.

La realidad es que el IPC NU fue bien recibido: un 69 por ciento coincide en que era una necesidad, y un porcentaje un poco menor está de acuerdo con que el Gobierno lo haya creado. El Indec tendrá que seguir trabajando para mantener la credibilidad del índice. En muchos países hay fuertes debates sobre la metodología e incluso sobre la actualidad de la canasta de precios relevados. Hay naciones en las que se excluye cualquier producto que tenga alzas estacionales de importancia y en otros hay quejas porque debe tenerse en cuenta el consumo diferenciado entre jóvenes y jubilados o porque pesa más el consumo de la clase media que el de los sectores más humildes. Más allá de las controversias, lo cierto es que el IPC NU arrancó bien en la opinión pública argentina.