EL PAíS
“Infiltración”
Por H. V.
Harguindeguy también habló en la entrevista sobre la causa que instruye el juez federal Claudio Bonadío y que hace dos semanas derivó en la orden de detención contra tres miembros de la Conducción Nacional de Montoneros. El ex ministro del Interior se quejó por el procesamiento de los oficiales del Batallón de Inteligencia 601. “Lo increíble es que la denuncia contra miembros del Ejército menciona la contraofensiva estratégica, ellos mismos dicen que estaban en guerra y procesan a los militares por violaciones a los derechos humanos”. A Harguindeguy le cuesta hasta hoy admitir que la prohibición de torturar y asesinar es absoluta y no depende de la actividad de la víctima. También contó que los Montoneros intentaron sin éxito impedir el campeonato mundial de fútbol de 1978. “Vinieron con armamento de modelo ruso fabricado en Libia, eran unos proyectiles antitanque que se disparaban con bazuca. Tiraron el primero contra la Casa de Gobierno, luego contra el comando en jefe del Ejército, contra la Escuela Superior de Guerra, la Escuela de Mecánica de la Armada, el Servicio de Inteligencia de Ejército, la Escuela de Estado Mayor de la Fuerza Aérea y una comisaría. Ese fue el único que causó víctimas. Mató un preso común. Eran grupos muy pequeños, disparaban por el techo de un Peugeot”. Harguindeguy estimó que en 1979 “la subversión estaba completamente derrotada. Quedaban residuales en Europa”. Dijo que “los últimos grupos subversivos [que ingresaron al país] como Tropas Especiales de Infantería o de Agitación ya estaban muy infiltrados, incluso las organizaciones que estaban en el exterior, y prácticamente fueron detenidos todos al cruzar las fronteras”. Al rememorar las enseñanzas francesas acerca del uso de la inteligencia, Harguindeguy dijo que “por suerte se logró infiltrar algunas organizaciones subversivas. Uno de los episodios más relevantes de la lucha contra la subversión por las consecuencias que tuvo fue el rechazo al ataque al regimiento de Monte Chingolo por el ERP; 48 horas antes de producirse, la inteligencia argentina vino a mí, me dijo están por atacar una unidad, no sabemos cuál es, me trajo unos papeles escritos por un sargento armero infiltrado en el ERP”. Según Harguindeguy, “sin información no se puede hacer nada”.