La disputa entre Ernesto Marcer, ex procurador del Tesoro, y Rafael Bielsa, ex jefe de la Sindicatura General (Sigen) y actual canciller, se remonta a la época en que estalló el escándalo de los sobornos, pero ayer se reavivó. El canciller sugirió que “habría que investigar” a Marcer por haber emitido un “dictamen secreto” por el cual “le prohibía” al Banco Nación, a la Tesorería y a la Contaduría General de la Nación “brindar información a la Sigen sobre los saldos de las cuentas de la SIDE”. Por su parte, un allegado al ex procurador explicó a Página/12 que ese organismo “nunca dijo que la Sigen no puede controlar a la SIDE, sino que para hacerlo necesita un decreto que Bielsa nunca pidió al Poder Ejecutivo”.
En un diálogo radiofónico, Bielsa recordó que estando al frente de la Sigen, en el 2000, había iniciado una investigación para “averiguar qué había pagado la SIDE con ese dinero”, en referencia a una erogación de 30 millones de pesos para el pago de indemnizaciones. Bielsa consideró “una cosa absolutamente extraordinaria en materia administrativa” el “dictamen secreto” emitido por el entonces procurador y señaló que “no fue un dato menor, porque pretendíamos averiguar cuánto había gastado (la SIDE) de lo que le habían dado”. Según relató el canciller, el 18 de octubre del 2000 le presentó al presidente Fernando de la Rúa un primer informe encomendado por la Oficia Anticorrupción que revelaba que “la SIDE informaba a la Sindicatura que el presupuesto que la Tesorería le había firmado había sido gastado totalmente, pero que en realidad le mentía porque ese presupuesto pasaba de unas cuentas reservadas, pero públicas, a una cuenta secreta”. Sobre la causa de los sobornos, señaló que le constaba que “la SIDE traía dinero del sector público y lo gastaba discrecionalmente”. En ese sentido, Bielsa aclaró que “esta cifra era de cuarenta millones de dólares por año, que se incrementaron con los treinta millones del decreto secreto de gastos para indemnizaciones de personal (que se negó a firmar Rodolfo Terragno)”. Y concluyó que “habría que averiguar si efectivamente los 30 millones de pesos se gastaron en indemnizaciones o si se ha indemnizado a poquísima gente y esa plata se gastó en otra cosa”.
En el entorno de Marcer ayer aseguraban que “Bielsa no conoce las facultades del procurador porque pareciera que no sabe que no resuelve nada, sólo aconseja al Poder Ejecutivo”. La fuente consultada por Página/12 explicó que el 25 de setiembre de 2000 la Procuración emitió un dictamen que originó el decreto que permitió a la SIDE mostrarle los registros al juez de la causa de los sobornos. El 6 de febrero de 2001 Marcer emitió otro dictamen que recordaba el carácter secreto de las actividades de la Secretaría de Inteligencia, plasmado en varias leyes, y que una de esas normas establece sanciones penales a quienes violen ese secreto. “Estas leyes dicen que nadie puede tener acceso a lo que tenga que ver con la SIDE salvo que un decreto del Ejecutivo releve el secreto, tal como ocurrió en el juicio por el atentado contra la AMIA”, indicó la fuente. Y agregó que Marcer está sorprendido de la actitud del canciller porque recuerda haberle explicado esto a Bielsa durante una cena en la casa de Mario Montoto.