EL PAíS › ALICIA OLIVEIRA CRITICO A
TAIANA Y TALEB AL CANCILLER BIELSA
Historias sobre la historia y un reclamo
La ex encargada de Derechos Humanos de la Cancillería, Alicia Oliveira, afirmó ayer que el canciller Rafael Bielsa y el vicecanciller Jorge Taiana tenían “problemas políticos internos” por el caso de la médica cubana Hilda Molina. “Yo lo advertía. Tenía que producirse una crisis finalmente”, aseguró. La ex funcionaria renunció hace diez días argumentando “cansancio”. “Yo tuve mucho apoyo de Bielsa y de Valdés, no de Taiana. Creo que no me equivoqué y estoy muy contenta con lo que hice”, afirmó Oliveira.
Oliveira fue entrevistada en un programa radial. En sus respuestas, insistió en que renunció al cargo “por razones de carácter personal”. “Estaba muy agotada, muy cansada”, aseguró. Luego, a regañadientes, admitió que las internas de la Cancillería tal vez habían tenido algo que ver con su decisión.
Tal como informó ayer este diario, el cargo será ocupado por el abogado Horacio Méndez Carreras. Especializado en temas de derechos humanos, Méndez Carreras representó a las familias de Alice Domon y Leonie Duquet, las dos monjas francesas secuestradas y desaparecidas. También impulsó la causa contra Alfredo Astiz en Francia. La designación quedará confirmada cuando se publique en el Boletín Oficial.
El ex embajador en La Habana, Raúl Taleb, dijo que el caso Molina abrió una profunda grieta. “Estaba seguro de que Fidel Castro iba a rechazar el pedido. Yo había sugerido que éste (el pedido de Molina para viajar a Buenos Aires) era un tema que si se lo mantenía en agenda podría traer problemas”, dijo Taleb. Luego, a diferencia de Oliveira –quien se alineó claramente con Valdés–, Taleb admitió que no coincidía con la estrategia del canciller en el caso. “Puede ser”, respondió cuando le preguntaron si estaba en desacuerdo con la forma en que se había manejado el tema desde la Cancillería. Taleb aceptó ser convocado a Buenos Aires, como parte de la protesta, y también convirtió un tema privado en público al hacer declaraciones la semana pasada, en medio de la crisis.
Mientras en Buenos Aires seguía el debate, una entidad que solía publicar las columnas del canciller chileno Ignacio Walker envió una carta a Bielsa para presionar a favor de los disidentes cubanos. Se trata del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal). En su texto, la entidad reclamó al canciller que “reconozca e invite a los opositores pacíficos y democráticos cubanos a la sede de la delegación diplomática argentina en ese país”.
Tras las renuncias de Taleb y Eduardo Valdés –ex jefe de Gabinete de la Cancillería–, el Gobierno adoptó un estricto bajo perfil mediático en este asunto que, a partir de ahora, intentará circunscribir al silencioso ámbito diplomático.
En una muestra de esa discreción, el embajador que el Presidente se propone designar en Cuba, Darío Alessandro, repitió las declaraciones sintéticas con que recibió la decisión de Kirchner.Se limitó a decir que el Gobierno “continuará con el esfuerzo humanitario para que se reencuentre la familia Molina-Quiñones”.
La propia médica Molina dijo ayer que estaba “dispuesta” a viajar a España para ver a su hijo y nietos, una de las variantes que se barajaron acerca de la posibilidad de realizar el encuentro familiar en un tercer país. Pero agregó que creía que el gobierno cubano no lo permitiría.