“Los medicamentos que se falsifican suelen ser los de las marcas más conocidas”, observó Martín Cañás, miembro del Grupo Asesor para el Uso Racional de Medicamentos y asesor de Fundación Femeba.
Cañás advirtió que “algunos lobbistas trataron de usar el riesgo de falsificación como argumento contra la prescripción por genéricos, pero es exactamente al revés”.
Manuel Limeres, titular de la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica), señaló que “el falsificador siempre trata de falsificar una marca, no un nombre genérico”.
El funcionario también diferenció entre “el control de calidad y el control del delito: la falsificación es en sí misma un delito, aun antes de considerar la calidad del producto falsificado”.
“Por eso –agregó Limeres–, el combate contra la falsificación incluye el control de la comercialización de los productos, con participación de la Fiscalía de Pesquisa de Medicamentos Ilegítimos.”
Cañás señaló por su parte que el caso de Viedma puede constituir “un punto de quiebre, que nos lleve a preguntarnos por las compras de medicamentos en entes públicos”.