Si Cristina Kirchner y Alberto Fernández resaltaron la defensa a la transversalidad que resultó el acto de Obras Sanitarias, anoche hicieron lo propio frente a representantes de los gobiernos de Uruguay, Chile y Brasil, con quienes acordaron establecer una agenda común para la región. Lo hicieron en el marco de un “Encuentro de partidos de gobiernos progresistas” que se inició ayer y continuará durante esta jornada en el Hotel NH Columbia de Montevideo. “Se trata de una ampliación de las reuniones que ya mantuvimos en Buenos Aires y Santiago durante el año pasado”, señaló el jefe de Gabinete a Página/12. La senadora aprovechó la ocasión para destacar la importancia de fortalecer la democracia en la región y evitar episodios como el de Ecuador y exhortó al poder económico y al Fondo Monetario Internacional a ayudar a sustentar la democracia.
Cristina y Fernández ya habían mantenido una reunión para confraternizar con el socialismo chileno el 20 de marzo de 2004. Y el gesto fue devuelto en septiembre de ese año. En todos los casos el tema de cabecera fue la integración regional. Se habló entonces de políticas de cooperación y el rol de América del Sur y América latina en el contexto internacional, además de la desigual distribución del ingreso.
La reunión de anoche les da mayor vuelo a estos encuentros de tono informal. Ya que además de los socialistas chilenos se incorporaron los demócrata-cristianos, sus socios de la Concertación, que gobierna desde hace 15 años el país trasandino a través de Ricardo Lagos. Pero la idea de ampliación que pregonó Fernández aludía a que la mesa también se sentaron representantes del Partido de los Trabajadores de Brasil, del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, y del Encuentro Progresista-Frente Amplio, del flamante mandatario uruguayo Tabaré Vázquez. En algún momento se especuló con que el propio Vázquez estaría en la mesa, pero finalmente eso no ocurrió.