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La mira sobre la fiscal
María Gabriela Ruiz Morales defiende con uñas y dientes su lugar al frente de la investigación del narcoescándalo. Jefa de un reducido número de investigadores en una fiscalía del sexto piso de Comodoro Py, está a la espera de su confirmación o expulsión de la causa. Tiene varios pedidos de recusación pendientes, uno de ellos formulado por el ahora ex juez del caso, Carlos Liporace. Aunque hasta ahora se suponía que la Cámara debía resolver sobre su continuidad, fuentes judiciales consultadas por Página/12 anoche sostuvieron que la decisión estará en manos del nuevo juez.
El 17 de abril, Ruiz Morales pidió el apartamiento de Liporace por prejuzgamiento, interés personal, enemistad manifiesta e imparcialidad, el único motivo que quedó en pie y terminó corriendo al magistrado. Pero ni lerdo ni perezoso, Liporace hizo lo propio. Pidió que también la apartaran de la causa. La ofensiva contra la fiscal incluyó al oficial de policía Andrés Machado, a dos empleados de SW y una denuncia del director de Aduanas, Ricardo Echegaray, cuya presencia en la causa SW había sido exigida por la fiscal.
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