La Oficina Anticorrupción (OA) denunció ayer que el liquidado Banco Mayo recibió tras el atentado a la AMIA créditos que nunca fueron devueltos y que significaron un fraude al Estado por cerca de 70 millones de dólares. La denuncia complica así la situación del ex titular de la entidad y ex presidente de la DAIA Rubén Beraja actualmente procesado por el vaciamiento del banco.
Según informó la OA, los préstamos fueron otorgados entre 1995 y 1998 durante el gobierno de Carlos Menem. La financiación se realizó a través del Fondo Fiduciario para la Reconstrucción de Empresas (FFRE), encargado de conceder créditos para fortalecer a bancos. La entidad pública habría financiado al Mayo en varias ocasiones por un total que asciende a 70 millones de dólares.
“Si bien en junio de 1998 las autoridades conocían que desde 1995 la evolución del banco no había alcanzado los niveles de solvencia, eficacia y rentabilidad proyectados, no tomaron en cuenta estos datos al asistir financieramente a la entidad en 1998”, resaltó el organismo que preside Abel Fleitas Ortiz de Rozas. El juez federal Julián Ercolini quedó a cargo de las investigaciones sobre la asistencia que recibió luego del atentado a la AMIA perpetrado el 18 de julio de 1994. En ese entonces Beraja además presidía la DAIA, principal entidad política de la comunidad judía local.
El informe denunció que la compra del Banco Patricios –que también quebró– estuvo financiada por el Fondo que incluso siguió haciendo desembolsos cuando ya comenzaban a evidenciarse las maniobras irregulares ejecutadas por la entidad que presidía Beraja y pese a que ni siquiera se había pagado la primera cuota de los créditos. El Banco Mayo cerró sus puertas en octubre de 1998. Actualmente, Beraja cumple prisión preventiva tras el rechazo de la Justicia a su pedido de excarcelación. Está acusado como presunto jefe de una asociación ilícita.