EL PAíS
Levantaron el campamento y harán un paréntesis hasta el 29 de agosto
Tras un acto en la Plaza, los piqueteros dieron por terminada la semana de protesta nacional, levantaron las carpas y se retiraron de la Plaza de Mayo. Harán un compás de espera hasta el 29 de agosto.
Con una lenta desconcentración, con alguna que otra fogata y con las duras críticas del presidente Néstor Kirchner y otros funcionarios del gobierno en sus mochilas, los piqueteros pusieron término a la semana de protesta nacional en la que reclamaron la universalización de los planes sociales y su incremento de 150 a 350 pesos mensuales. Hasta el próximo 29 de agosto habrá una impasse con la protesta. Lejos de mostrarse conciliador, Kirchner calificó a los manifestantes como “provocadores”, “extorsionadores” pertenecientes a “partidos de ultraizquierda”.
Cerca de mil piqueteros amanecieron esta mañana en las carpas que habían instalado en Plaza de Mayo y en el Puente Pueyrredón. El Gobierno también hizo lo suyo al rodear el centro histórico de la Ciudad por un inusitado despliegue policial y vallas de contención. En Plaza de Mayo, tradicional lugar de las protestas políticas argentinas, también manifestaron unos 200 veteranos de Malvinas en reclamo por subsidios y mejoras asistenciales.
“Nos encontramos con hechos que son francas provocaciones, nos encontramos con partidos de ultraizquierda que toman calles y plazas tratando de decir que representan el conflicto social y si representaran algo lo veríamos representado en las elecciones. Porque no representan a nadie vienen a provocar”, dijo Kirchner en la Casa Rosada, a pocos metros de donde acampaban los piqueteros.
“Nosotros no estamos en campaña, queremos dialogar, pero el Gobierno se opone”, comentó a este diario el dirigente del Movimiento de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, Juan Cruz Daffunchio. “La provocación proviene del Gobierno, que no dialoga y no aumenta los planes sociales”, señaló Daffunchio.
Además de exigir el acceso universal a los planes de ayuda social, los piqueteros reclamaban un incremento de 200 pesos en el subsidio. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, haciendo coro con el tono presidencial, consideró que el reclamo no es justo. “De justo no tiene nada, porque se les dificulta la vida a los ciudadanos”, puntualizó el jefe de Gabinete. El vocero de del Frente Popular Darío Santillán, Marcial Barreiro, dijo a este diario que “nuestra actividad es apartidaria. La protesta social es un reclamo justo. Se sale a la calle por toda la miseria y el hambre que hay”. Sobre las declaraciones de Kirchner, Barreiro respondió que “están muy motivadas por la cuestión electoral, pero no tienen en cuenta las necesidades sociales”.
Poco después del mediodía de ayer, el Puente Pueyrredón y la autopista 9 de Julio sur habían quedado totalmente liberados al tránsito. Por la lentitud con la que se concretó la marcha piquetera que descendía desde el Puente Pueyrredón hacia Plaza de Mayo, igualmente la desconcentración demoró más de una hora. Con un acto que se realizó cerca de las 15 en Plaza de Mayo frente a la Casa de Gobierno finalizó la jornada nacional de protesta.
Pocos minutos antes, Kirchner había dicho que “estos grupos, como el Partido Obrero o como se llamen, van a tener una representación absolutamente insignificante el 23 de octubre”. Para el patagónico, “estas organizaciones quieren que la sociedad argentina confronte, porque quieren enfrentar a unos argentinos con otros argentinos”.
En diálogo con Página/12, Néstor Pitrola, del Polo Obrero, respondió que “Kirchner se ha puesto nervioso porque el movimiento piquetero es la rebelión al punterismo que caracteriza a su partido. Está tratando de transformar la rebelión social y la protesta en un caso policial”. En clara alusión a los grupos piqueteros oficialistas, Pitrola también consideró que las definiciones de Kirchner “muestran el fracaso de su política de adscripción al Estado de las organizaciones sociales”.
Los distintos grupos piqueteros anunciaron que durante este fin de semana discutirán cómo continúan con su reclamo. La forma que elijan no será un tema menor. Enfrente tienen a un gobierno que apostó a un perfil duro y que cuenta a su favor con el cambiante humor social de una clase media,con necesidades básicas cubiertas y molesta por los inconvenientes de los cortes de calle.