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Su nombramiento como ministro de Trabajo marca el retorno de un sindicalista a la primera línea de poder. En verdad hace tiempo que Alfredo Atanasof dejó la CGT para convertirse en legislador full time en el Congreso. Pero no perdió las mañas: ayer anticipó a Página/12 que derogará aspectos de la controvertida reforma laboral, haciendo lugar a un reclamo gremial para que los viejos convenios colectivos no pierdan vigencia mientras no se acuerden otros con los empresarios. “Esta y otras medidas marcarán a las claras que nosotros vamos a cambiar el rumbo”, atizó.
–¿Qué alicientes va a darle el Gobierno a la gente común, cuyos ingresos se van a ver afectados por la devaluación?
–La Convertibilidad estalló hace tiempo. El nuevo gobierno, con el apoyo del Congreso y las expectativas mayoritarias de la sociedad, se decidió a dar inicio al imperioso requerimiento de poner en funcionamiento la economía argentina y empezar una etapa de reindustrialización.
–¿Pero cómo se atenderá a la gente?
–Como dijo el Presidente, este gobierno se basará en una nueva alianza sociopolítica, basada en la cooperación entre el Estado y la producción. Teniendo en cuenta la crisis que vive el país, se trata de una empresa histórica para la salud de la Nación. Se tomaron medidas para que las consecuencias no recaigan sobre los más desprotegidos.
–¿El seguro de empleo y capacitación es una de esas medidas?
–El tema se habló y se habla con muchos sectores y recoge inquietudes e ideas no sólo del Frente Nacional contra la Pobreza y la CTA sino de otros actores. Se está tratando de crear un millón de puestos de trabajo y una red de contención social alimentaria.
–O sea que la promesa de Adolfo Rodríguez Saá de crear un millón de puestos de trabajo se puede implementar.
–Sí. Probablemente tenga unas variaciones que estaremos viendo en un par de días, pero se mantiene.
–¿Tienen plazos?
–La parte instrumental y de funcionamiento la vamos a tener definida rápidamente.
–¿Qué posición tomará el Gobierno frente a las remarcaciones de precios que ya empezaron a notarse?
–Hay que llamar a la responsabilidad del sector productivo, comercial y financiero, como está haciendo el Presidente.
–¿Van a derogar la reforma laboral, como anunció Rodríguez Saá?
–Se está avanzando firmemente en materia de reforma laboral. Cuando se sancionó, yo fui el vocero del bloque justicialista de diputados que se opuso a la reforma laboral, fui el que explicó por qué nos oponíamos.
–¿Por qué se oponía?
–Lo hacíamos sobre la base de cuatro puntos fundamentales: la oposición a la extensión del período de prueba y a la reducción de las indemnizaciones, en el área del derecho individual; en el área de los derechos colectivos, a la descentralización del sujeto en la negociación colectiva y a la caída de la ultraactividad (renovación automática de los convenios colectivos).
–Entonces realizarán modificaciones parciales
–Sí. Estamos trabajando en consulta con organizaciones empresariales y sindicales para avanzar en el camino de la derogación de todos aquellos aspectos que le hayan resultado negativos a los trabajadores.
–¿Fue un soborno esa ley?
–El tema de las acusaciones de soborno está en la justicia y ahí debe seguir avanzando. Lo que más les preocupa a los trabajadores son los aspectos negativos que los están perjudicando desde que entró en vigencia.
–¿Cuánto demoraría en caer la ley?
–Lo antes posible, pero hay muchos ángulos que contemplar. –Usted quiere reinstaurar la ultraactividad. Pero la ex ministra Patricia Bullrich ya había convocado de urgencia a la renovación de los contratos de trabajo. ¿Ahora se suspenderá el llamado?
–Sí. No se forzará más la renovación de los convenios colectivos. Volverá la ultraactividad. Además, Patricia Bullrich había convocado a algunas cámaras empresariales del año 1975, que ya no existen... Es un tema que habría que revisar.
–El Gobierno ya decidió encarecer los despidos por 90 días. Y ahora anuncia que no se forzará la renegociación de los convenios colectivos. ¿No teme de una fuerte embestida empresarias?
–No. Luego de muchos años de flexibilización e incremento de la desprotección del trabajador, esta medida marca un claro cambio de rumbo. En lo cuantitativo la protección podría haber sido mayor o menor, pero en lo que hay que poner énfasis es que estas medidas constituyen un hito en el cambio del modelo.
–¿Su presencia significa la vuelta de la participación sindical en un gobierno?
–El Ministerio de Trabajo debe ser adecuado a la necesidad de asociar a trabajadores y empresarios con las metas económicas, sociales y laborales, que permitan poner en el centro la producción y el consumo masivo. En ese campo la participación de trabajadores y empresarios es decisiva.
–Pero acá hay un cambio de tendencia.
–Las medidas las pretendemos tomar en un marco de concertación social que incluye a trabajadores y empresarios. Vamos a discutir con todos.
–Al asumir en su función se especuló con el futuro de ciertos cargos políticos que usted adjudicó a la gestión de Bullrich.
–Todos los cargos políticos en el ministerio de Trabajo han cesado cuando asumí. Segunda cuestión es que yo tengo confianza en que todo el personal actual del ministerio cooperará decididamente con la gestión que inicié. Para llevar adelante estos objetivos le voy a dar importancia central a la capacitación del personal, a la búsqueda del apoyo activo de las organizaciones sindicales que lo representan y a la estabilidad laboral. Esto me gustaría que quede claro: lo primero que hice al asumir fue reunirme en el ministerio con todos los directores de carrera para darles la tranquilidad de que voy a respetar la estabilidad laboral.
–Bullrich negó a este diario tener gente en cargos políticos en el ministerio...
–Yo no sé si eran de ella, Dumón o Flamarique. Pero lo que sí sé es que toda la planta política cesó.
–¿Está de acuerdo con la propuesta de Bullrich de que los líderes sindicales blanqueen sus patrimonios?
–No es un tema de competencia del Ministerio de Trabajo y así lo entendió el propio gobierno de De la Rúa en un momento. Cada ciudadano tiene que hacer su declaración ante la AFIP.
–¿Va a haber un nuevo récord de desempleo?
–Las medidas económicas que se toman van a revertir esta tendencia porque entendemos que muchos sectores de la producción ahora se van a poder reactivar.
–¿El millón de empleos que promete va a ser vía planes Trabajar?
–La intención es que las personas que formen parte del programa ganen la capacitación necesaria para reinsertarse definitivamente en el mercado laboral.
–¿No cree que hay riesgo de multiplicar así el clientelismo?
–Yo desconozco si hay clientelismo, pero nosotros vamos a centrar nuestra actividad en la transparencia y la eficiencia en la gestión. No vamos a convalidar ningún caso de clientelismo. Yo quiero que esto funcione, quisiera ser el ministro de Trabajo de la desocupación de un dígito.
–¿Y es posible? –Y... la situación del país, el momento en que nos toca asumir no es la mejor. Vamos a trabajar en esa dirección.
–Usted siempre trabajó con Duhalde, aunque alguna vez, de la mano de Alberto Pierri, se acercó al menemismo.
–Yo nací a la vida política cerca de Duhalde. Y por eso comparto el gobierno con él. Y comparto su proyecto político. Lo demás son comentarios.
–En su asunción estaba la CGT de los “gordos” y no la CGT rebelde de Moyano. ¿Esto anuncia una preferencia por el sector de Rodolfo Daer?
–No. Yo con Moyano tengo una estrecha relación y hace años que trabajamos juntos
–¿No habrá quedado dolido por no haber puesto un hombre suyo en la cartera laboral?
–De ninguna manera creo que puede medirse con cargos políticos frente a la gravedad que tiene la Argentina
–¿Los empresarios tiene una responsabilidad en la pobreza, la desocupación?
–Los empresarios tienen que hacer un gran esfuerzo para volver a considerar a la empresa como una comunidad productiva de la que participen trabajadores empresarios
–¿Habló con Chiche Duhalde para coordinar la ayuda social?
–Sí. Vamos a trabajar en dos planes sociales concretos que más adelante anunciaré. Esto recién empieza.