Dos de cada tres porteños están en desacuerdo con la remoción de Aníbal Ibarra. Así lo indican cinco encuestas distintas realizadas esta semana. La mayoría cree que el proceso derivó en una pelea política, más que en la búsqueda de responsabilidades en el caso Cromañón, hay muchas críticas a los legisladores y a lo que consideran violencia de los familiares, al mismo tiempo que sostienen que en el Gobierno de la Ciudad hubo problemas de desempeño de Ibarra, pero no cómo para iniciarle un juicio político.

Las conclusiones surgen de los trabajos realizados por las consultoras Hugo Haime y Asociados, Analogías, OPSM, Knack y Lauzán y Asociados. Se trata de trabajos realizados mediante entrevistas telefónicas, con muestras de entre 400 y 600 casos, respetando las proporciones por edad, sexo y niveles económico-sociales determinados por los barrios porteños.

En los estudios hay cierta unanimidad en la evaluación de la gestión del jefe de Gobierno, con alrededor de un 40 por ciento –varía de acuerdo a cada encuesta– que aprueba la gestión, un 30 que la califica con un regular y un 30 que la evalúa mal. Pero el centro del debate está puesto en las irregularidades que perciben los encuestados en el juicio político y cierta voluntad de que los procesos institucionales no deben interrumpirse por lo cual el jefe de Gobierno debería seguir hasta el fin de su mandato y luego se decidirá por voto.

- Para una inmensa mayoría –entre un 75 y 80 por ciento– el juicio no es imparcial, está teñido por intencionalidad política y tiene que ver más con posturas partidarias que con pruebas respecto de Cromañón.

- En las audiencias del juicio político percibieron más creíble a Ibarra que a los legisladores.

- Hay una porción importante de la población que cree que Ibarra tiene cierta responsabilidad en lo ocurrido aquella noche, pero prácticamente le adjudican el mismo grado de culpa que a los legisladores, es decir, que el diagnóstico es que hubo fallas de todo el espectro político, uno en los controles y los otros en las normas dictadas respecto de los boliches.

- Se considera que el máximo de la responsabilidad está –según los encuestados– en Omar Chabán y en los inspectores. Llama la atención que sólo un 20 por ciento crea que Callejeros tuvo mucha responsabilidad, casi el mismo porcentaje de culpa que se les adjudica a los políticos.

Lo que se ve en las encuestas, además, es que a lo largo del proceso de juicio político Ibarra fue ganando terreno y quienes lo acusan lo fueron perdiendo. Por ejemplo, los niveles de acuerdo con la destitución bajaron notoriamente en los últimos 30 días, mientras subieron los que opinan que el jefe de Gobierno no tiene tanta responsabilidad como la que le adjudican. Otra opinión creciente es que en el juicio político hubo muchas irregularidades. “Para que se equipare a un knock-out, internacionalmente lo que prima es que la gente perciba que hubo corrupción, coimas”, explicó uno de los consultores a Página/12.

El juicio político a Aníbal Ibarra

Los porcentajes que faltan hasta completar 100 por ciento corresponden a los que contestaron no sabe/no contesta. La mayoría de los consultores sólo aceptaron respuestas categóricas, a favor o en contra de la destitución únicamente Zuleta aceptó una postura intermedia.