Viernes, 17 de marzo de 2006 | Hoy
EL PAíS › LOS MOTIVOS DE LA RENUNCIA DE ACEVEDO A LA GOBERNACION
Le aceptaron la renuncia sin que estuviera presente. Nadie aplaudió ni abucheó. Tampoco hubo discursos que explicaran por qué había renunciado. Los 19 legisladores del Frente para la Victoria por Santa Cruz prefirieron el silencio y sólo uno, Gustavo Neyro, pidió la palabra por cuestiones de procedimiento. ¿Significa eso que ningún diputado provincial del oficialismo conocía las razones que llevaron a Sergio Acevedo a distanciarse definitivamente de su (ahora ex) padrino político? La respuesta puede adivinarse. Sí lo sabían, pero sólo se animaron a exponer las causas con la condición de mantener a resguardo su identidad. Tanto los incondicionales del Presidente como aquellos alineados con Acevedo tienen distintas explicaciones para el abrupto alejamiento del gobernador.
Para los kirchneristas, la crisis detonó por la “lentitud” de la administración de Acevedo; por su “falta de experiencia” para resolver un conflicto gremial grave, como el de los petroleros de Las Heras (le reprochan haber cumplido con la orden judicial de detener a Mario Navarro cuando éste estaba en una radio y podía convocar a una pueblada), y sobre todo por su “ambición de crear una estructura propia, que le compitiera al Presidente”. Esta crítica Página/12 la escuchó de un miembro de Compromiso K, la línea pingüina dirigida por el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, y el empresario de medios Rudy Ulloa Igor. “Quiso armar lo propio pero desde el Estado, y había muy poco espacio para eso.”
El reproche de los K obedece a un hecho reciente. Hace dos semanas, Acevedo logró ubicar como vicepresidente 1º de la Legislatura a Carlos Marsiscano. Según los incondicionales de Kirchner, con esa movida rompió un acuerdo con el Presidente. En ese lugar, aseguran en Compromiso K, debía ir Judith Fortsmann, una legisladora ultrakirchnerista. Lo cierto es que dos días después de la designación de Marsiscano, Kirchner viajó a El Calafate mientras que algunos de sus hombres de confianza se dedicaron a convencer a los intendentes –y con ellos a la mayoría de los diputados provinciales– en que Marsiscano debía renunciar y que había que volver a elegir autoridades. Al final, Fortsmann fue elegida.
Cerca de Acevedo no desmienten que el ahora ex gobernador haya intentado generar un espacio propio. De hecho, desde las últimas elecciones se estaba moviendo con bastante autonomía: pocos saben que en Santa Cruz el “Negro” (como le dicen al flamante renunciante) tenía una alianza con el Partido Socialista. A nivel nacional, el kirchnerismo se lleva mal con la fuerza que preside Rubén Giustiniani. Incluso, algunos socialistas fueron incorporados al gobierno provincial a partir del triunfo de la fórmula Acevedo-Sancho, en diciembre de 2003. ¿Qué motivaciones llevaron al ex titular de la SIDE a poner distancia frente a K?
En confianza, y con la condición de preservar su identidad, un allegado al ex gobernador enumeró una serie de hechos recientes y no tanto. Los primeros fueron los conflictos gremiales de 2004 y 2005 (petroleros, estatales y policías). Después agregaron el reclamo por la suba del monto mínimo no imponible de Ganancias, que el Gobierno postergó con el argumento de preservar los niveles de recaudación (pero lo terminaron concediendo hace dos días). También, los cortocircuitos con Julio de Vido por el manejo de la obra pública en la provincia. Otra diferencia surgió con la reciente promesa de un aumento de 13 por ciento que Acevedo había hecho a todos los empleados públicos de la provincia. Kirchner ordenó que no se efectuara, con el argumento del temor a un rebrote inflacionario.
Pero el tema que, según sus allegados, más molestaba a Acevedo era el manejo de los fondos provinciales que se habían enviado al exterior. El ex gobernador, dicen, nunca pudo tener injerencia real sobre las decisiones de repatriar, mantener en Europa o para qué usar ese dinero. No por casualidad, Kirchner ubicó como secretario de Hacienda a Juan Manuel Campillo, un especialista de su confianza. “La decisión de repatriar esa plata la tomó Kirchner en plena campaña, para quitarle un argumento a la oposición”, aseguró a Página/12 un subordinado de Acevedo. Desde su entorno sugieren, aunque sin decirlo con todas las letras, que fue ese tema uno de los que llevó al ex gobernador a tomar su drástica decisión.
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