EL PAíS • SUBNOTA
Siguieron por teléfono lo que pasaba en Rosario y se encargaron de reafirmar su alianza con el Gobierno: “Ya hemos decidido acuerdos programáticos”, dijo Saiz. Entre los posibles pasos a seguir analizaron la idea de pedir elecciones para renovar todos los cargos partidarios.
› Por Santiago Rodríguez
Los radicales K no fueron a la Convención, pero tampoco se quedaron callados: a los cuatro vientos criticaron a la conducción de la UCR y ratificaron su voluntad de sumarse a la concertación que promueve Néstor Kirchner. “Nosotros ya hemos decidido los acuerdos programáticos con el gobierno nacional”, insistió el gobernador de Río Negro, Miguel Saiz, mientras otros dirigentes de ese sector restaron legitimidad a cualquier decisión que surja de Rosario. Entre los radicales afines al kirchnerismo empieza a circular la idea de reclamar elecciones internas con el propósito de desplazar a aquellos que hoy tienen el dominio del partido.
Aunque no estuvieron en Rosario, los radicales K siguieron de cerca las alternativas de lo que allí ocurrió. En algún momento, incluso, algunos se entusiasmaron con la propuesta de Margarita Stolbizer de crear una comisión con dos representantes de cada sector –el suyo que propone armar una alianza de centroizquierda, el alfonsinismo que impulsa la candidatura de Roberto Lavagna y los cercanos al Gobierno– para tratar de encontrar una salida a la crisis partidaria. “Es un planteo inteligente y no rupturista. Podríamos acompañarlo”, evaluaron, no sin advertir que “difícilmente” ese planteo tenga éxito.
Entre llamado y llamado entre sí y con “amigos” que fueron a la Convención, el sector de los gobernadores e intendentes del radicalismo concertador dio batalla por los medios y analizó sus próximos pasos. En las charlas estuvo presente la idea de pedir elecciones para renovar todos los cargos partidarios. La impresión que tienen quienes la alientan es que el lugar de gestión que hoy ocupan los pone en buena posición para disputarle el control del partido a los dirigentes que más allá de sus matices siguen encolumnándose detrás de Raúl Alfonsín.
El discurso de los K apuntó otra vez a instalar la idea de que fueron las autoridades partidarias las que cerraron toda posibilidad de debate, pero no hablaron de abandonar el partido. En esa línea, Saiz remarcó que “la Convención es un títere que le da delegación a una comisión que luego decidirá si hace alianza con Lavagna o con (Elisa) Carrió” y añadió: “Nosotros no íbamos a convalidar eso con nuestra participación”.
El diputado mendocino Alfredo Cornejo suscribió la línea de que son los radicales reunidos en Rosario. “No puede ser que esta gente desprecie la posición de cinco gobernadores y 183 intendentes. Parece que cuando ellos ganan elecciones hay que venerarlos y cuando son autoridades partidarias ya no les importan los votos”, se quejó el principal operador político del gobernador de Mendoza, Julio Cobos, uno de los radicales K que se menciona como eventual compañero de fórmula de Kirchner en el marco de la concertación de la que habla la Casa Rosada.
Desde Santiago del Estero y Catamarca, otras dos provincias con gobernadores del radicalismo K, también se alzaron voces contra la Convención. “Hay una realidad tajante, expresada en lo que piensa y dice la gente a lo largo y ancho del país. El documento de Rosario carece de representatividad y legitimidad”, enfatizó el vicegobernador santiagueño, Emilio Rached. El diputado y vicepresidente de la UCR catamarqueña, Genaro Collantes, fue claro en cuanto al posicionamiento de ese sector: “Estamos con la concertación nacional que convocó el presidente Kirchner, decisión que reafirmamos y que será avalada por las otras provincias en una reunión en la provincia de Córdoba”.
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