Miércoles, 15 de agosto de 2007 | Hoy
EL PAíS › PERONISTAS, RADICALES Y MOVIMIENTOS K
Por Martín Piqué
Aunque los organizadores extremen cuidados, los actos terminan siendo una combinación de lo que se dijo en el escenario y lo que se vivió en las tribunas. Anoche, en el Luna Park, el primer impacto visual mostraba a la fórmula presidencial de la Concertación –sonriente, prolija– en dos gigantografías de fondo azul que decoraban el palco. La prolijidad de la escenografía parecía transmitir armonía perfecta entre los socios de la nueva coalición. Pero esa sensación no se extendía a las gradas de la popular: se repartían peronistas que habían llegado con gobernadores e intendentes del PJ –la mayoría–, radicales que hacían flamear pequeñas banderitas rojiblancas y jóvenes integrantes de los movimientos sociales alineados con el kirchnerismo. Los cantitos, los gritos aislados que aprovechaban una pausa del/a orador/a para instalar una consigna, las chicanas que sobrevolaban de tribuna a tribuna reflejaron una pluralidad difícil de sintetizar.
Las tres tribunas que rodeaban el escenario levantado de espaldas a la avenida Madero parecían ordenadas según la pertenencia política. Si se miraba desde el palco, la derecha estaba ocupada por los militantes del PJ que habían llegado del conurbano y las provincias. Allí sobresalían las banderas de Lanús y Malvinas Argentinas; pertenecían a los grupos movilizados por el intendente Manuel Quindimil y el aspirante a serlo, Luis Vivona. La tribuna del medio era de los radicales. Los correligionarios escucharon cómo las barras del PJ los recibían con el mimoso “el que no salta es radical”. Luego se animaron al “adelante radicales” y, pura voluntad, las estrofas resonaron en un auditorio que se había vuelto bastante hostil.
Casualidad o no, la izquierda fue reservada a los movimientos K. Se vieron banderas rojinegras de la JP Evita y del MTL, celeste y blancas de Libres del Sur, amarillas del MUP. También insignias de la FTV y el Frente Transversal. De ahí salieron una buena parte de los cantitos que se superponían a la música, los animadores del acto –se turnaron Pablo Marcovksy, Federica Pais y los hermanos Korol– y los mismísimos discursos de Julio Cobos y Cristina Kirchner. “No queremos un partido/ un partido liberal/ queremos un movimiento/ nacional y popular”, fue una de las consignas más fuertes. Sonó seguido y en más de una ocasión se la escuchó al mismo tiempo que la marcha peronista agitada en el resto del estadio.
Varias veces se oyeron gritos exigiendo una mención al peronismo. Como la oradora no mencionó al PJ –sí al “general Perón” y “el presidente Perón”–, la insistencia parecía un desafío. En el centro del estadio, con credencial roja, estaban los invitados VIP. Prolijamente sentados, convivían los ministros (todos salvo Alberto Fernández, que estaba arriba del palco, con los gobernadores y, tras una presentación especial, Néstor Kirchner y Daniel Scioli), Madres y Abuelas, hijos de desaparecidos, funcionarios, Aníbal Ibarra, Dante Gullo y otros. El cuidado en la organización no impidió que se produjeran hechos insólitos, como que un gran contingente del PJ de Formosa compartiera tribuna con las organizaciones sociales. “¡Gildo/ Gildo!”, vivaron los formoseños al gobernador Insfrán. Justo en ese momento el locutor anunciaba el discurso de Cristina Kirchner con el eslogan de su campaña: “¡¡¡El cambio recién comienzaaaaa!!!”.
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