Hacia dentro del ARI hay voces críticas por la costumbre de Carrió a moverse sola. Ella niega que esto se traduzca en una especie de abandono cuando “las papas queman”.
–En muchas oportunidades se la ve muy sola. Cuando la critican sólo la defienden pocos, como Graciela Ocaña, Marcela Rodríguez o Marcela Bordenave. ¿Por qué?
–Esto es algo que lo tiene que definir el propio ARI. Yo creo que no hay tanta preocupación. Pero al mismo tiempo, no es fácil bancarse las situaciones de adversidad, porque éste es un país acostumbrado al éxito.
–Y el ARI no escapa a las generales de la ley.
–Es un modus, pero creo que la mayoría del ARI sabe lo que se venía porque se los anticipé. También se lo dije a Página/12 de que se avecinaba el reflujo del régimen, que empezaba la fase autoritaria, el disciplinamiento por el miedo y el ataque a mi persona. No hay que preocuparse. Todo va a salir bien.