Mar 11.12.2007

EL PAíS • SUBNOTA  › EL ANALISIS OPOSITOR DEL DISCURSO DE CFK

Un crédito a corto plazo

Algunos dirigentes reconocieron aspectos del mensaje de la Presidenta. Hubo críticas a la mención del conflicto por las papeleras y a la defensa de la reforma del Consejo de la Magistratura. Muchos plantearon dudas sobre la verdadera función que tendrá el Parlamento en el nuevo gobierno.

› Por Miguel Jorquera

La oposición otorgó un “crédito” de confianza a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, pero dejó en claro que el plazo no será muy extenso. Sólo será una tregua de verano. Todo el arco opositor consideró que el próximo discurso ante la Asamblea Legislativa –cuando el primero de marzo inaugure el nuevo período parlamentario– será una buena medida para “evaluar” los primeros pasos de la Presidenta y sus “verdaderas intenciones”. Un tema en el que coincidieron desde el PRO de Mauricio Macri hasta la Coalición Cívica de Elisa Carrió, y desde el radicalismo al socialismo de Hermes Binner. El peronismo disidente faltó a la cita de ayer en el Congreso: ni Carlos Menem ni Adolfo Rodríguez Saá asistieron a la ceremonia de asunción de CFK.

Ayer más que nunca se hacía fácil distinguir a la oposición en medio del abanico de bancas del Congreso, y el vacío que produjo la ausencia de los 35 diputados bonaerenses que todavía no pudieron asumir sus mandatos. Fueron los que menos aplaudieron y los que siguieron con gestos más adustos el discurso de Cristina Kirchner ante la Asamblea Legislativa. Aunque las reacciones no fueron iguales en el seno de cada bloque opositor. Radicales y macristas se mostraron más conciliadores a la hora de batir sus palmas.

“Fue ella”, sintetizó sin mayores comentarios el senador jujeño y presidente de la UCR, Gerardo Morales, como un gran conocedor de los discursos y los gestos de la Presidenta en su paso por el Senado. “A mí me gustó”, dijo con una sonrisa el senador mendocino Ernesto Sanz, para referirse a la apelación a la educación pública, pero marcó que “el respeto a la pluralidad de ideas se plasme en el Congreso y que no sea como hasta ahora, donde los proyectos del Ejecutivo se aprueben como sea”.

Oscar Aguad, el nuevo jefe radical en diputados, siguió la misma línea aunque dejó en claro que a la UCR no le cayó bien el planteo público de Cristina al presidente uruguayo por las pasteras. “Me pareció soberbio lo que hizo con Tabaré, plantear las diferencias fue innecesario”, sintetizó la porteña Silvana Giudici.

El jefe de la bancada del PRO se retiró rápidamente por la puerta principal de Callao en su vano intento de llegar hasta la Presidenta para expresarle su saludo. “Me pareció un discurso de alto nivel. Me gustó la importancia que le asignó a jerarquizar la justicia y la calidad educativa; y de privilegiar la educación por sobre los sindicatos”, dijo Pinedo a Página/12. Sin embargo, el hombre de confianza de Macri en la Cámara baja se mostró preocupado “por la falta de referencia al problema de la inflación y la incertidumbre de cómo será el pacto social, pero sobre todo no me gustó el reto a Tabaré”.

Los aliados del interbloque macrista en Diputados fueron menos benévolos con la Presidenta. “Me pareció un poco egocéntrica” y “su estilo no refleja demasiadas ganas de ser inclusiva”, argumento la diputada evangélica de Recrear Cyn-thia Hotton, que como diplomática de carrera dijo que “fue un poco fuerte el gesto hacia Tabaré”. Para el demócrata progresista Luis Galvalisi el discurso “fue más de campaña que de comienzo de una gestión. El mismo estilo que el presidente Kirchner”.

“La Coalición Cívica va a abrir una ventana de oportunidad para que desarrolle su gestión”, dijo sobre el nuevo gobierno y en nombre de todo el frente electoral de Carrió, Patricia Bullrich. La ex jefa de campaña de Lilita y ahora diputada adhirió a la idea de que “se avance en la calidad institucional y las promesas de más educación, como se habló. Pero la Presidenta también puso como ejemplo de buena gestión la modificación del Consejo de la Magistratura, y todos sabemos que eso no fue así”.

Eduardo Macaluse, que igual que el resto de los bonaerenses no estuvo en el recinto porque todavía no terminó el escrutinio definitivo en la provincia, igual llevó la voz cantante de los aristas disidentes: “No me pareció un discurso de Estado. Empezó exaltando las diferencias en lugar de las cosas que nos unen. Criticó con dureza la política trazada en los ’90, pero su primera actividad como presidenta será reunirse con el FMI”.

Para María América González “fue un excelente discurso, ahora habrá que ver como es la realidad que propone esta presidenta. Ya nos pasó con su esposo, donde lo discursivo no coincidía con la realidad”.

El economista de la CTA Claudio Lozano también planteó que el de Cristina “fue un muy buen discurso, el problema es la realidad. Hay 13 millones de argentinos viven en la pobreza, cuando tuvimos cuatro años de crecimiento a tasas record. Con una inversión del 5 por ciento anual de esa riqueza la pobreza hubiera desaparecido”. También se refirió a las consignas oficialistas de continuidad y cambio: “Si se trata verdaderamente de cambio institucional, seguramente retirarán la ley de emergencia que se empantanó en el Senado. Porque si no volveríamos a la panacea de las facultades delegadas”, ironizó.

Roy Cortina dijo que el PS seguirá con su política de “acompañar las cosas positivas y criticar la negativas” de la futura gestión. El socialista porteño que fue ministro de Jorge Telerman y llegó a la Cámara baja en las lista de la CC mencionó lo que para el fueron los “claro-oscuros” del discurso de Cristina: “Los claros fueron la convocatoria a toda la oposición y los oscuros siguen siendo las imposiciones del Ejecutivo al Parlamento”.

El lavagnista Jorge Sarghini intentó quitarle trascendencia a las palabras de Cristina: “No hay que dar más por el discurso que lo que el discurso puede dar”, dijo antes de advertir que “habrá que ver si se trata de una continuidad o habrá cambios como los que prometió para el Congreso”. El ex duhaldista mostró su disgusto sobre la referencia de la Presidenta a que “tal vez, Evita se hubiera merecido más que yo llegar a este lugar”. “Evita tiene que ver con la humildad. Son gestos que se escapan, como ese tal vez”, dijo escuetamente Sarghini ante la consulta periodística.

La necesidad de conceder una tregua al nuevo gobierno aglutinó a toda la oposición legislativa. También el momento de evaluar a la Presidenta: eso será en marzo, cuando Cristina Fernández haya transitado los primeros meses de gestión y presente ante el Parlamento los planes para su primer año. Para entonces ni siquiera habrá transcurrido todo el verano.

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