ESPECIALES › RODRIGO CHAVEZ, COORDINADOR GENERAL DE LOS CIRCULOS BOLIVARIANOS DE VENEZUELA
“La revolución es educación, trabajo productivo y justicia social”
La nueva Constitución de Venezuela dispuso el andamiaje institucional para la construcción de una democracia participativa. Los círculos bolivarianos intentan ser la base comunitaria de ese proyecto, según su coordinador general, Rodrigo Chávez. La oposición y los grandes medios de comunicación los describen empero como bandas de marginales que forman los grupos de Choque del presidente Hugo Chávez.
Por Luis Bruschtein
“Los jueces venezolanos todavía están discutiendo si el 11 de junio pasado hubo un golpe de Estado o simplemente ‘vacío de poder’, como si el presidente Hugo Chávez se hubiera ido a pasear”, se enoja Rodrigo Chávez, médico cirujano y coordinador general de los círculos bolivarianos de ese país. Con esa frase, Chávez, que no es familiar del presidente, explica que el gobierno de Venezuela trata de avanzar pese a la oposición de importantes sectores, en la Justicia, en las legislaturas, en los medios de comunicación, en las esferas de la economía y en el ámbito internacional. El médico es uno de los principales dirigentes de la organización popular más maltratada desde la oposición, pero al mismo tiempo la que tuvo el rol más protagónico en la masiva movilización en defensa del gobierno chavista durante el golpe.
–Los círculos surgieron más o menos en el segundo año del gobierno del presidente Chávez. No fue algo que impusimos, sino que se venía dando en la realidad. Cuando se hizo un relevamiento de la situación educacional y de salud, se produjeron reuniones en los barrios y en los pueblos. Los planteos eran parecidos, la gente desconfiaba de los intermediarios y de los políticos y expresaba un deseo de participación concreta en las decisiones que tuvieran que ver con sus comunidades. Así fueron surgiendo estos grupos comunitarios que finalmente se convirtieron en los círculos bolivarianos. De esta manera, si el gobierno tiene un programa de ayuda alimentaria, la comunidad, organizada en estos círculos, discute la forma en que los alimentos sean producidos por ella misma, al igual que la distribución. Y el Estado apoya ese desarrollo. Son formas que apuntan al fortalecimiento de una democracia participativa.
–Los medios presentaron a los círculos bolivarianos como una organización clientelar, populista y hasta incluso de choque...
–Son exactamente lo contrario. Lo primero fue pensar en una organización que se sustentara en conocer sus derechos y sus deberes, conocer su Constitución y difundirla, promoverla. Tenía que ser una organización con conciencia social, política e histórica del proceso que Venezuela estaba viviendo, porque tenemos claro que vamos a pasar momentos difíciles. Es una organización de base comunitaria que responde a los intereses de la comunidad, pero sustentada por una política de Estado con descentralización de políticas y recursos hacia las comunidades, con fortalecimiento de las comunidades, con participación de la gente dentro de las instituciones del Estado en el ámbito local. Además, la propuesta no tenía que ser para grupos de poder, y debía apoyar el desarrollo local sostenible.
–¿Pero cómo surgieron?
–Cuando tomamos contacto con esta realidad, el presidente propuso la creación de los círculos, más o menos en abril del 2001. Hacía dos años que estaba en el poder. Pero no fue un invento suyo, algo que se le ocurrió, sino que se venía discutiendo y tomando forma desde antes. Lo único que hizo el presidente fue darles un nombre. Son una estructura horizontal del trabajo comunitario, se ajustan al quehacer comunitario: pescadores, campesinos, obreros, por comunidad, un barrio, un vecindario, un edificio. Cuando Venezuela aprobó su Constitución, aprobó una democracia participativa, donde cada individuo es protagónico y corresponsable con el Estado en los asuntos de su comunidad, de su parroquia, de su municipio. Cada quien se involucra en su medida. También está escrito en la Constitución que cuando esa comunidad toma una decisión, ésta es vinculante para quienes ejecutan políticas gubernamentales.
–¿Cómo funcionan los círculos bolivarianos?
–Lo primero que hacen es estudiar la Constitución, se reúnen para discutirla y analizarla, conocer sus derechos y sus deberes, saber lo que es la corresponsabilidad, manejar las políticas del Estado, saber qué país está escrito en la Constitución. Porque una cosa es lo que está escrito yotra la realidad. La única forma en que eso que está escrito en una Constitución muy avanzada se cumpla en la realidad, es que cada ciudadano la conozca y se organice para hacerla cumplir. Justicia social, gestión pública, contraloría social y redes sociales son temas desarrollados en la Constitución que la gente debe conocer primero. Los círculos comienzan en diciembre del 2001, teníamos algo así como dos mil círculos. A partir de ese momento se comienza a impulsar la organización social porque entendimos que la única forma de que un país como el nuestro supere todas sus debilidades estructurales es con la gente participando, sintiéndose parte del problema y también parte de la solución.
–¿Qué relación tienen los círculos bolivarianos con el Movimiento V República que fue la base electoral del presidente Chávez?
–No hay relación orgánica. El Movimiento V República es la estructura partidista, electoral del proceso. Los círculos bolivarianos son una estructura de organización social y están legitimando un nuevo liderazgo. No tienen nada que ver, necesariamente, con el Movimiento V República; son dos cosas distintas. Para nosotros es muy importante diferenciar lo que le corresponde a cada uno, tienen roles totalmente distintos.
–Cuando se produjo el golpe, los medios afirmaban que había grupos armados de los círculos bolivarianos, como si se tratara de grupos de choque armados...
–Quienes se oponen a los círculos no lo hacen porque estemos armados, porque quedó muy claro que no teníamos armas. Dos pruebas. En cuanto dieron el golpe de Estado, más de 400 personas fueron golpeadas y maltratadas, tratando de sacarles información. Y más de cuatro mil fueron detenidas. Ellos decían que era la gente de los círculos bolivarianos los que llevaban las armas. Y sin embargo no lograron conseguir ni una pistola. Eso fue el 11, el día del golpe. Los días 12, 13 y 14, los círculos, el pueblo en general, salió a la calle, no 500 ni cien mil. Se calcula entre cuatro y seis millones de personas en todo el país, que salieron, exigiendo que se restituyera el Estado de derecho. Su única arma era la Constitución, que los venezolanos habían votado algo y que si alguien quería cambiarlo, debía ir a elecciones y ganarlas, no imponerlo por la fuerza. Carmona, quien fue elegido presidente durante el gobierno de Rafael Caldera, quiso vender las empresas básicas de hierro, aluminio, etc., de la zona de Guyana. Simplemente querían vender Venezuela, querían vender el 20 por ciento del petróleo, pretendían vender la seguridad social, la educación... Todo eso se logró parar. Incluso habían avanzado, como con la entrega de las prestaciones sociales de los trabajadores de Venezuela, que se restituyeron con la nueva Constitución. Si tuvieran tanta fuerza social, no irían a pedirles a los militares que lo saquen a Chávez.
–¿Cómo explica entonces ese ensañamiento de los medios y los partidos de la oposición?
–Los políticos atacan a los círculos bolivarianos porque en Venezuela se acostumbró a hacer una politiquería clientelar con la población. A medida que vayan avanzando y madurando, los círculos forman grupos sociales que nunca más serán manipulados, porque es gente que tiene conciencia y conoce sus derechos y deberes. Los políticos no perdonan eso porque saben que esas comunidades se alejan de la posibilidad de ser manipulados en forma clientelar.
–Los visualizan como la base social de apoyo al presidente Chávez...
–No es a una persona. Yo diría que apoyan a un proceso, se trata de un movimiento social que creó una Constitución y que quiere construir un país a la par de lo que es su Constitución. En la Constitución está escrito lo que se puede hacer y ahora hay que hacerlo.
–¿Cuál es el logro más importante del proceso bolivariano para los sectores populares en estos tres años?
–El gobierno no tiene la suma del poder público ni ha sido un movimiento violento. Todos los avances tienen que hacerse desde las instituciones y con mucho apoyo popular. Pero además hablamos de cambios estructurales profundos y la legislación de Venezuela no estaba preparada para esos cambios. En los primeros dos años, el esfuerzo fue para allanar ese camino a nivel institucional, principalmente el tema de la nueva Constitución, lo que implicó en ese tiempo más de ocho votaciones nacionales entre referéndum, elección de constituyentes y elecciones normales. Fue un esfuerzo muy grande. Ahora existen las herramientas legales y un movimiento popular en un proceso organizativo y estamos avanzando. Por eso, si tengo que mencionar el logro más importante, diría que es la conciencia. En 1989, cuando hubo una crisis institucional muy grande, los venezolanos salieron a la calle a protestar y hubo cinco mil muertos. En el proceso que hemos iniciado no ha habido muertos.
–¿Pero hubo avances materiales en ese sentido?
–Pese al esfuerzo que debíamos hacer para tener primero las herramientas legales, en estos tres años se han construido más viviendas que en los últimos veinte años, se han construido más vías rurales al interior del país que en los últimos 25 años, han ingresado 1,5 millón de niños al sistema educativo, de una escuela de medio tiempo que no daba nada, se va transformando en lo que llamamos la escuela bolivariana, de doble turno y que da dos comidas al día al niño, mejoró los sueldos del personal y la infraestructura. Está en sus comienzos, todavía abarca sólo el diez por ciento de las escuelas.
–¿De alguna manera, esa mejoría en la política y en la calidad de vida se refleja en las elecciones?
–Casi todas las elecciones se han ganado con más del 80 por ciento de los votos. Hoy la oposición en Venezuela tiene clara una cosa: no quiere elecciones, quiere que Chávez salga de cualquier manera. Porque consideran a la democracia no como el gobierno que quiere la mayoría sino como un gobierno de elite. Saben que si van a elecciones, gana Chávez. La Constitución, que es moderna y muy madura, creó mecanismos para que a la mitad de los períodos se religitimen todas sus autoridades si el pueblo así lo quiere. Ahora en agosto comienza ese proceso. Por eso es que ellos están desesperados para sacar a Chávez porque este proceso va a empezar a sacar a todos esos diputados, gobernadores y alcaldes que no sirven.
–¿Cómo son esos mecanismos?
–Ellos van a un referéndum revocatorio. La gente dice si quiere que se queden o que se vayan. De este agosto hasta agosto del próximo año viene todo un proceso de religitimación, desde la junta parroquial, la estructura más pequeña, más de base, hasta el presidente. Ellos no quieren eso porque saben que si van a elecciones con Chávez allí, pierden, porque no tienen liderazgo ni credibilidad, ni proyecto.
–¿Cuál es el tema más irritante del gobierno de Chávez para Estados Unidos?
–Un punto central es el petrolero. Antes de que llegara Chávez, el valor del petróleo estaba por debajo de los nueve dólares el barril. Venezuela era el país que más presionaba en la OPEP para que se sobreprodujera a nivel mundial. Con eso, Venezuela y los demás productores se veían muy perjudicados, pero países como Estados Unidos, que es el primer productor del mundo, se beneficiaban mucho. Chávez decidió que la política no era sobreproducir sino producir lo que el mundo consume. Inclusive planteó que para evitar la especulación con los precios se colocara una banda inferior de 22 dólares el barril y una superior de 28. Cuando los precios pasan la superior quiere decir que se está especulando, que se está cobrando más de lo que vale. Cuando pasa por debajo, quiere decir que estamos comenzando a tener pérdidas por la producción. Chávez se movió por todos los países productores de la OPEP y negoció con los que no están en la OPEP. Logró que disminuyera la producción del petróleo y que se estabilizaran los precios. Por supuesto, esto afectó mucho a Estados Unidos. Por eso estamos absolutamente seguros de la participación de Estados Unidos en el golpe.
–¿Qué plantea el gobierno de Chávez con la renta petrolera, que es el ingreso más importante de Venezuela?
–Uno de los argumentos que usaron para dar el golpe fue que el presidente había decidido reestructurar la empresa Petróleos de Venezuela (Pedevesa). Chávez decidió remover al presidente de la empresa porque era uno de los conspiradores, al igual que a tres o cuatro directivos. Ese fue uno de los motivos del golpe. Al día siguiente del golpe, los restituyeron a todos. Pero además echaron a otros 120 trabajadores de la nómina mayor, que no habían estado en el golpe. Se quejaban por cuatro o cinco que quería reemplazar Chávez, pero cuando ellos tuvieron el poder echaron a 120. Para bajar la conflictividad, el presidente restituyó a la gente de Pedevesa, pero en algún momento habrá que discutir eso.
–Cualquier política de redistribución de la riqueza en Venezuela tiene que tener una estrategia respecto de la renta petrolera...
–Cada año Venezuela recibe menos dinero del petróleo que el año anterior porque la empresa petrolera gasta más. El 60 por ciento va para Pedevesa, que además ha tercerizado muchas de sus actividades con empresas transnacionales y tarifas muy altas. Es una forma de vaciarla para después intentar privatizarla. Es lo que hicieron aquí en la Argentina y en otros países. Por supuesto que uno de los objetivos del gobierno es intervenir en la marcha de Pedevesa, pero cada paso que da en ese sentido tiene una reacción muy fuerte de la oposición, como se evidenció con el golpe.
–La nueva Constitución plantea formas de descentralización y participación y apoyo a las comunidades. ¿Cómo se definen las políticas de apoyo económico a las comunidades?
–Allí son importantes los círculos. Se organizan en forma transversal. Hay comisiones en diez áreas que abarcan todas las actividades que se puedan realizar en una comunidad. La revolución, como la entendemos, es educación y trabajo productivo con una justa distribución de la riqueza y con justicia social. La gente de los círculos puede organizarse también como cooperativa y presentar un proyecto en la coordinadora general que abarca esas diez áreas. El proyecto es evaluado y luego orientado a través de distintas fuentes de financiamiento público. Estas cooperativas pueden organizarse a partir de los círculos o no. Por ejemplo, en la isla de Nueva Esparta hay 48 asociaciones de pescadores. Ellos venden el kilo de sardina a 30 bolívares y en el mercado se compra a 500. El pescador no debería recibir menos de 45 por kilo y no se justifica que la gente pague 500 en el mercado. Les propusimos que organicen cooperativas donde no participa nadie que no sea pescador, incluso nos opusimos a que participe el gobernador de la región, que es bolivariano, con un grupo privado interesado en invertir. La condición para financiarles una industria de enlatado de sardinas fue que participen sólo pescadores. También les financian la adquisición de los centros de acopio del pescado. De esta manera, el beneficio del pescador será mucho mayor y el precio que pagará el venezolano será mucho menor.
–¿Ese proceso se está dando en todo el país?
–Así es, y eso explica la razón de que después de tres años, el presidente Chávez mantenga el respaldo de la mayoría del país. La gente ve que pasan cosas que les van quedando. Son procesos que comienzan y que rendirán frutos importantes en poco tiempo más, pero la gente ve que esas cosas están pasando. Estamos en una transición y todavía casi la mitad del país está en el sector informal de la economía. El porcentaje de desocupación está en el orden del 14 por ciento. Pero estamos invirtiendo a nivel comunitario, porque los problemas graves están en ese lugar. Y también estamos invirtiendo en infraestructura, construyendo una red vial y ferroviaria, se está construyendo para el desarrollo.
–¿El cargo que tiene usted como coordinador general de los círculos bolivarianos está rentado?
–No, para nada. Yo soy cirujano y trabajo de eso, voy a mi hospital, opero, hago mis guardias. Es un cargo que no forma parte de la estructuradel Estado y que no está rentado. Nosotros propusimos una coordinadora de organizaciones de participación social. Por ejemplo, vemos que en algunos casos estas cooperativas funcionan, pero no así las instituciones del Estado. Mi trabajo es entonces estar vigilante y que las instituciones no violen los derechos de la gente a la participación, a la organización, a la descentralización.
–La oposición también acusa de que hay corrupción en el gobierno de Chávez. No acusan al presidente pero sí a su entorno...
–Durante muchos años la corrupción formó parte estructural del sistema político. Con el actual proceso, apenas se presentó, la figura de Hugo Chávez creció muchísimo y muy rápido. No hubo tiempo de hacer las cosas como se hubiera querido. Y se hicieron alianzas con sectores de la vieja política que veían la posibilidad de ganar con Chávez y hacer buenos negocios. Muchos de ésos se han ido decantando en estos tres años y se pasaron a la oposición. Pasar de la vieja política a la nueva no es rápido y ese proceso se seguirá dando. Pero así como se van los viejos aliados, se crece en organización popular desde abajo. Y desde allí surgirán los nuevos dirigentes. Para nosotros es mejor que se vayan los viejos y aparezcan los nuevos en este proceso. Por eso son tan importantes los círculos bolivarianos.