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La escena tal vez no sea distinta de la que recuerdan otros. La mujer cuya foto aparecía en los libros de lectura y cuya voz era difundida en las escuelas primarias pidiendo solidaridad con la Europa de posguerra, estaba allí. Eva Perón había llegado a Tucumán para inaugurar un Hogar Escuela y Miguel Angel Estrella, junto a algunos compañeros, se escapó de la fila de su grado para acercarse a la esposa del presidente y ver si era tan bella como en las fotos. El actual pianista recuerda que ella les dijo: “Me voy a matar trabajando para que cada uno de ustedes pueda elegir su destino”. Ya en los ‘60, cuando empezó a tener fama internacional como músico, Estrella solía decir de sí mismo: “Soy uno de los hijos de Evita”. Y hoy a las 20, en el Teatro Colón y como homenaje en el cincuentenario de su muerte, Miguel Angel Estrella recordará a Eva Perón de la manera que mejor sabe. Johann Sebastian Bach, Ludwig van Beethoven y Fréderic Chopin serán sus instrumentos.
Alguna vez le quisieron cortar las manos. Había sido secuestrado por la dictadura militar uruguaya a fines de 1977 y cuenta que, durante la tortura, pensaba en un concierto de Bach, en Dios y en su mujer. Los verdugos no podían –o no querían– entender cómo siendo un músico famoso había elegido la militancia política. Para él, en cambio, jamás se trató de una contradicción. La música era para hacer mejores a los hombres, y la militancia también. En ese momento, su vida fue salvada gracias a la gestión de numerosos intelectuales y artistas de todo el mundo, aunque permaneció preso hasta 1980. Dos años después, instalado en Francia -donde vive actualmente– fundó la Organización No Gubernamental Música Esperanza, que brinda ayuda humanitaria a través de la música. Además de conseguir instrumentos para escuelas de música de lugares alejados de los centros de circulación artística y de tocar en poblaciones rurales, escuelas, hospitales y cárceles, Miguel Angel Estrella ha creado una Orquesta por la Paz formada por 20 músicos israelíes y 20 provenientes de países árabes. El grupo, que ofreció una gira por Francia y Luxemburgo, fue conducido por directores nacidos en Argelia, Egipto, Irán e Israel.
El concierto de esta noche, en el que Estrella tocará 3 Pequeños Preludios en Re Menor, el Preludio y Fughetta en Do Menor y la Suite Francesa en Si Menor, de Johann Sebastian Bach, la Sonata Op. 13 Patética, de Beethoven, y la Sonata en Si Bemol Menor Op. 35, de Chopin, responde, según el pianista, a una antigua idea que se hizo posible, entre otras cosas, gracias al padrinazgo de Ernesto Sabato y a sus conversaciones con el Jefe de Gobierno de la Ciudad, Aníbal Ibarra. Su paso anterior por esta sala había sido junto a Fito Páez y la Camerata Bariloche, en un espectáculo en el que se cruzaron músicas de tradiciones populares y clásicas, incluyendo canciones del rosarino en orquestaciones de Gerardo Gandini, que había sido el director musical del evento. En esta ocasión el concierto será, obviamente, sólo clásico y puramente musical, aunque el pianista anunció que, en razón de que parte del público, según supone, no estará familiarizado con el repertorio, hablará para introducir a cada uno de los autores de la noche.