ESPECTáCULOS
“Reclutas en Ingolstadt”, un Fassbinder escondido
La retrospectiva que la Cinemateca Argentina y el teatro San Martín llevan adelante desde enero entrega hoy una perla: un film inédito, una suerte de ensayo sobre las obsesiones de un grupo de soldados.
Con más de 15.000 espectadores desde el inicio del ciclo, a mediados de enero, el teatro San Martín y la Cinemateca Argentina organizaron una continuación de la monumental retrospectiva de Rainer Werner Fassbinder, con la repetición de dos títulos que se proyectaron por primera vez en la Argentina en esta muestra y la exhibición de otros dos largometrajes en carácter de primicia absoluta: Rio das mortes y El soldado americano, ambas de 1970 y hasta ahora inéditas en el país.
A veinte años de su fallecimiento, el alemán Fassbinder (1945-1982) sigue siendo un cineasta-faro, capaz de iluminar de manera implacable las relaciones de poder y explotación internalizadas en la sociedad contemporánea. Creador fuera de norma, más que prolífico profundamente dionisíaco (innumerables puestas teatrales con su compañía Antiteater, 43 films en dieciséis años de actividad), Fassbinder concebía a su obra -influida tanto por Bertolt Brecht como por la nouvelle vague francesa y los melodramas románticos de Douglas Sirk– como un laboratorio, un campo de experimentación permanente, en el que un film podía complementar o contradecir al anterior. “Hay que producir películas actuales, trabajando lo más rápido posible y al costo más bajo”, decía Fassbinder, enarbolando un ideario que parecería hoy más pertinente que nunca en la Argentina de la crisis.
Los bonus track se inician hoy con Reclutas en Ingolstadt (1970), protagonizada por Hanna Schygulla y Harry Baer. Inspirado en una vieja pieza teatral de Marieluise Fleisser, que ya había recreado en su antiteater, Fassbinder (en su ¡séptimo! largometraje de 1970) aprovecha el tedio de un grupo de conscriptos acantonados en una ciudad de provincia para describir no sólo su relación con las chicas sino también su paulatina fascinación por la violencia. “Las escenas de amor entre Schygulla y Baer son quizá las más bellas del cine alemán desde Murnau”, afirmó el crítico Wilfred Wiegand.
Mañana y el sábado se proyecta Rio das mortes (1970), otra vez con su musa Schygulla. En las películas de Fassbinder, la educación suele equipararse a los intentos de imponer los buenos modales de la clase media a un niño o a un personaje proletario que creció sin ellos. Aquí, la protagonista Hanna estudia pedagogía (tal como Hanna Schygulla) y los libros de textos que se le dan son manuales de “ajuste”, de “integración” y de cómo reprimir a los niños.
El domingo y el lunes se exhibe El soldado americano (1970), con Karl Scheydt, Elga Sorbas y Margarethe von Trotta. Citando film noirs franceses y el cine policial de Raoul Walsh y John Huston, Fassbinder revisita el mundo criminal de El amor es más frío que la muerte y Dioses de la peste. Basado en una historia que el propio RWF alegaba que era “real”, El soldado americano tiene como protagonista a un ex marine estadounidense, oriundo de Munich, que después de luchar en Vietnam vuelve a su ciudad natal para encargarse del trabajo sucio que dos policías no pueden hacer legalmente.
Finalmente, el martes 4 se verá La ternura de los lobos (1973), dirigida por Ulli Lommel y protagonizada por Kurt Raab y el propio Fassbinder, también productor. Fritz Haarman, el infame “Carnicero de Hanover”, está considerado uno de los peores asesinos seriales de la historia. Entre 1919 y 1924, con la ayuda de su compañero Hans Grans, mató a unos cincuenta jóvenes, a los que seducía en la estación de tren y luego le quitaba la vida a mordiscones. La troupe Fassbinder (esta vez con el timón a cargo de Lommel, quien luego en Hollywood llegaría a dirigir películas de terror clase B) no podía dejar de sentirse atraída por esta suerte de “M” gay y caníbal. Todas las funciones son a las 14.30, 17, 19.30 y 22.