ESPECTáCULOS › “LA GRAN PELICULA DE PIGLET”, DE FRANCIS GLEBAS
Disney para los más pequeños
Por Martín Pérez
Pequeño, con orejitas rosadas y cola enrollada. Así es como el Búho describe a Piglet, cuando sus amigos le preguntan si lo ha visto. Pero Winnie Poo y el resto de la banda no quieren que el Búho les describa a su pequeño amigo, sino que simplemente les diga si ha pasado por allí. Porque lo están buscando, y para ello están usando un diario en que Piglet va pegando dibujos que recuerdan viejas hazañas.
Segundo film en una serie de películas basadas en la obra de A.A. Milne iniciada por Disney tres años atrás, La gran película de Piglet es tan pequeña como su protagonista. Y orientado también hacia los niños más pequeños. Su mensaje es que aun los más pequeños pueden hacer cosas importantes, y su trama reúne tres cuentos originales de Milne en una historia que cuenta cómo el pequeño Piglet, efectivamente, hace cosas importantes. O, al menos, más importantes que sus amigos más grandes.
Con un dibujo sencillo, que recuerda las ilustraciones de los cuentos infantiles, el necesario doblaje del film –al ser un producto para los más pequeños– se lleva el atractivo mayor del film para el público adulto, que son las canciones de Carly Simon. Muy elogiadas en las críticas norteamericanas del film, su voz no se escucha ni una sola vez en la versión en castellano. Quedan apenas para el disfrute algunos de los dislates verbales de Poo y sus amigos –una característica de las historias de Milne–, como por ejemplo su expedición al “Palo” Norte.
A pesar de ser un producto digno, lejos está La gran película de Piglet de ser un clásico Disney. De hecho, recuerda más al espíritu de directo-a-video de sus últimos subproductos estrenados en la pantalla grande. Antes de los escasos setenta y tantos minutos de las aventuras de Piglet, se puede ver un adelanto de “Buscando a Nemo”, el próximo film de Pixar, un estudio que está pronto a quedar libre de sus obligaciones con Disney. Si se tiene en cuenta que su más reciente prestigio animado viene precisamente de allí antes que de los propios estudios, va siendo hora de que Disney despierte de su opulento letargo si es que quiere, al menos, llevarse alguna vez aquel ambicionado Oscar por méritos propios.