ESPECTáCULOS
“Poeta en Nueva York”, en venta al mejor postor
Por Walter Oppenheimer
Desde Londres
La galería Christie’s sacará a subasta el próximo 4 de junio el manuscrito de una de las obras claves de la historia de la poesía del siglo XX, Poeta en Nueva York, del español Federico García Lorca. Casi cuatro años después, Christie’s intenta por segunda vez una venta que el 29 de noviembre de 1999 se paralizó por las reclamos de la familia del poeta, que reivindicaba su propiedad tras haber perdido la pista del original. La historia familiar asegura que Lorca había dejado ese original en el despacho madrileño de José Bergamín apenas unas semanas antes de ser fusilado por los franquistas, en agosto de 1936. El litigio se saldó en los tribunales ingleses a favor de la actriz mexicana Manuela Saavedra de Aldama, hija de un militar español. Intérprete habitual de las obras de Lorca, Manuela Saavedra recibió el original de la obra de Lorca en 1979 a través de la viuda de Jesús Ussía, que a su vez lo había recibido de Bergamín, al confundirle éste con un cuñado del poeta.
Las tribulaciones del manuscrito empezaron en julio de 1936, cuando el poeta lo dejó en el despacho madrileño del editor y poeta Bergamín con la intención de recogerlo unos días después. Pero Federico ya no pudo volver. Dos días después de que dejara Madrid estalló la Guerra Civil y el poeta sería ejecutado por los golpistas franquistas a las pocas semanas, en la madrugada del 17 de agos-
to de 1936.
De Poeta en Nueva York, que narra las vivencias de Lorca en su visita a la ciudad de los rascacielos entre 1929 y 1930 y que con el tiempo se ha convertido en una de sus obras más emblemáticas y populares, existen dos primeras ediciones que difieren entre sí. Publicadas ambas en 1940, una por Bergamín en la editorial Séneca, en México, y otra en versión bilingüe por la firma Norton en Nueva York, algunos expertos creen que el original que ahora saldrá a la venta pública puede arrojar mucha luz a las divergencias entre ambos textos. Bergamín sostuvo hasta su muerte, en 1983, que el poeta granadino siempre quiso que él fuera el editor de Poeta en Nueva York, como antes lo había sido de Llanto por Ignacio Sánchez Mejías y de Bodas de sangre. Pero García Lorca y su amigo editor no llegaron a verse cuando el poeta fue a enseñarle el manuscrito.
Tras la Guerra Civil, muerto el poeta y exiliado el editor, Bergamín entregó a la editorial Norton, de Nueva York, una copia del original mecanografiado que poseía, con vistas a la publicación de una edición bilingüe en paralelo con la suya propia.
El original acabó de manera un tanto rocambolesca en manos de Jesús Ussía, al parecer por un error de Bergamín, que lo confundió con Eduardo Ugarte, cuñado del poeta. En 1995, el manuscrito llegó a manos de Manuela Saavedra a través de Rafaela Arocena, viuda de Ussía. Ahora, Christie’s busca nuevo comprador.