ESPECTáCULOS
“Las guerras no las declaramos nosotros, las declara el poder”
Aunque no ubicó los restos del “General Belgrano”, la señal National Geographic armó un documental lleno de momentos emotivos.
Por Emanuel Respighi
En febrero de este año, un grupo de exploradores de National Geographic se embarcó en las frías aguas del Atlántico Sur con el objetivo de encontrar restos del “Crucero General Belgrano”, hundido durante la guerra de Malvinas. Cruzando datos de las armadas argentina y británica, el jefe de la expedición, Curt Newport, diagramó una superficie rectangular de 750 kilómetros cuadrados donde deberían estar sumergidos los restos del buque alcanzado el 2 de mayo de 1982 por dos torpedos británicos. El ataque, llevado a cabo fuera de la zona de exclusión acordada para los combates bélicos, les costó la vida a 323 argentinos. Pese a la seriedad de las fuentes de información, nada pudo ser hallado y, tras dos semanas de intenso rastreo, la expedición se dio por terminada. Sin embargo, National Geographic estrenará mañana, a las 22, “El hundimiento del ‘Belgrano’”, un documental en el que se muestra la infructuosa búsqueda del buque argentino y el encuentro cara a cara entre antiguos adversarios.
Con un costo de 500 mil dólares, una tecnología superior a la utilizada en el descubrimiento del “Titanic” y más de 30 horas filmadas en alta mar, la fallida expedición no podía finalizar sin un documental que reflejase la odisea. La señal estadounidense armó un documental de dos horas que, aunque no se ve resto alguno del “Belgrano”, tiene un condimento especial: muestra la manera en que se produce el acercamiento entre veteranos militares de ambas fuerzas que participaron de la expedición. Por el lado argentino estuvieron presentes Pedro Luis Galazzi (segundo comandante del “Belgrano”), y Carlos Madero, sobreviviente del crucero. En tanto, Martyn Brown y Kevin Nicholls, que viajaban a bordo del submarino HMS Conqueror que hundió al “Belgrano”, lo hicieron por el lado británico.
“Apuntamos a contar la historia de las personas que participaron de la guerra: es una visión de la experiencia humana más que de la bélica”, señaló a Página/12 el productor ejecutivo John Bredar. No se equivoca: el programa no indaga en responsabilidades, violaciones o delitos cometidos en la batalla. El contexto político de la guerra –la dictadura militar de Leopoldo Galtieri, el férreo gobierno de Margaret Thatcher– apenas si se enuncia al pasar. El tono es neutral. “El 16 de abril –dice la voz en off– partió el ‘Belgrano’ con cientos de jóvenes argentinos que iban en cumplimiento de su deber. Lo que no sabían es que otros tantos ingleses también iban hacia las Malvinas en cumplimiento de su deber.”
El documental prefiere, entonces, narrar las vivencias de los sobrevivientes de ambos países a partir de sus propios testimonios. Brown cuenta que el Conqueror encontró al “Belgrano” el 30 de abril, y que lo siguieron “durante más de dos días” debajo del casco para que no los detectaran. “El submarino nos observaba sin que lo supiéramos”, apunta el capitán Carlos Bonzo, a cargo del “Belgrano”. “Igualmente, sabíamos que nuestro enemigo principal era un submarino. Contra ese tipo de embarcación no podíamos hacer nada”, confiesa, con una naturalidad asombrosa.
Alrededor de 700 hombres, distribuidos en 36 balsas, sobrevivieron al naufragio. Estuvieron casi dos días a la intemperie, con olas de hasta 7 metros y temperaturas bajo cero. “Cuando supimos que nos habían localizado nuestro estado de ánimo cambió. Estábamos más contentos. Pero nunca dejamos de rezar. Esa fe nos hizo resurgir”, confiesa un sobreviviente argentino en medio de las lágrimas. “De lo único que me arrepiento es de que no tenemos las islas. Tengo un sabor amargo. Pero sé que las vamos a recuperar. No a través de la guerra. Va a ser en forma pacífica”, concluye esperanzado.
“Las guerras –indica otro sobreviviente– son así. No las declaran los civiles sino los poderosos. No tengo odio contra los ingleses ni ellos lo tienen contra nosotros. Era una guerra. Lamentablemente nosotros fuimos actores de ese drama.” Sobre el final, el documental muestra una imagen de archivo en la que el Conqueror llega a un puerto escocés una vez terminada la guerra. En su mástil lleva una bandera de fondo negro con dos huesoscruzados sobre una calavera, la legendaria insignia pirata. Otra tradición de Gran Bretaña.