ESPECTáCULOS
Un encuentro para descubrir qué cocinan los estudiantes de cine
Desde hoy, el Festival de la Federación de Escuelas de Imagen y Sonido de Iberoamérica congregará a diez mil jóvenes realizadores.
› Por Mariano Blejman
La idea fue de Fernando Birri: en 1988, al realizador de Tire dié se le ocurrió organizar un encuentro de instituciones educativas audiovisuales desde la Escuela San Antonio de los Baños en La Habana. Fiel a su estilo, Birri lanzó una bola de nieve que no tardaría en desparramarse por América latina, como una experiencia integradora en la búsqueda de “ese otro cine”. Y después de largar la idea, se dedicó a otra cosa. Pero la bola de nieve siguió y ahora, catorce años después, el Festival del Feisal (Federación de Escuelas de la Imagen y el Sonido de Iberoamérica) recoge aquel espíritu iniciático y –por segundo año consecutivo– se instala en Buenos Aires para mostrar las producciones de los estudiantes. Habrá un largo maratón de cortos que llegaron desde Brasil, Colombia, Cuba, Chile, España, México, República Dominicana, Venezuela, Uruguay y Argentina, entre otros, que podrán verse en las instalaciones de la Enerc (Moreno 1199, esq. Salta), desde hoy y hasta el domingo, en continuado y sin respiro. Por lo pronto, en Argentina parece haber público asegurado para la Feisal. Hay catorce escuelas federadas, que reúnen la friolera de diez mil alumnos entre todas sus instituciones: hay diez mil potenciales espectadores calificados que se sumarán bajo el lema “Luz, cámara, maratón”.
La creación del Feisal tiene que ver con un viejo anhelo de los educadores del cine: juntar la enseñanza con la producción audiovisual en los espacios educativos. La Feisal propiamente dicha nació en 1990, en México, y su primer presidente fue Gustavo Montiel Pagés, por entonces director del Centro de Capacitación Cinematográfica de ese país. Hubo asambleas creadoras y festivales plagados de estudiantes en San Pablo, Río de Janeiro, La Habana y Buenos Aires. Desde el 2001, su presidenta es Dolly Pussi, de la Enerc.
Entre los 197 cortos que podrán verse estarán en la selección oficial Brukman y su fuerza de lucha de la IDAC, Café con leche de la Eictv, Callejeros de la Cievyc, Campo neutral de la Universidad de Córdoba, Héroe de la Universidad de Guadalajara, Finoccieto de la argentina Enerc, Invasión de la FUC, Ni aun vencido de la Universidad de La Plata y Trance de la ORT, entre otros trabajos. Pero, además, una larga lista de realizaciones latinoamericanas será inaugurada con una charla de Alberto Ponce, quien exhibirá su película Vete de mí (una de pasiones). Las emisiones terminarán, como es habitual en estos casos (y como es costumbre también en el Festival Uncipar de Villa Gesell), hacia las 3 de la mañana.
El jurado oficial está compuesto por José Luis Castiñeira de Dios, autor de una veintena de bandas de sonido para películas argentinas; Rogelio Chomnalez, director de fotografía de siete films argentinos; Aldo Guglielmone, escenógrafo de SICA; Roberto Mórtola, guionista y director; y Eduardo Mignogna, director de cine. “Nos pone bien la ideología que hay detrás de este festival. Sólo esperamos estar a la altura de los estudiantes. Trataremos de estimular y no de castigar, trataremos de deliberar humanamente sobre los trabajos y de llegar a acuerdos unánimes”, dijo el realizador de La fuga y la reciente estrenada Cleopatra a Página/12.
La Feisal lanzará también el proyecto “Nosotros”, con la intención de hacer que los estudiantes realicen programas de media hora sobre la situación de las escuelas de cine en América latina. Entre los premios, Kodak y Cinecolor aportarán material virgen y revelado. El mejor film sobre derechos humanos viajará al Festival de Ferrara (Italia) el año que viene, habrá premios estímulos y Kodak premiará al alumno de fotografía que el jurado determine como merecedor. El ganador irá a Cannes con todos los gastos pagos: nada mal para un estudiante.