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Una fábrica de cartón que arde en llamas ante la mirada desconsolada de sus dueños. Un nene de tres años cuya pierna derecha se atoró en el desagüe abierto del baño de su casa. Un comercio de computación en el que, en plena madrugada, alguien arrojó una bomba molotov que acaba de explotar. Y hasta la típica broma de parte de un grupo de chicos que llaman por teléfono inventando disparatadas emergencias. Todas historias que tienen como denominador común el protagonismo de los bomberos voluntarios, esa institución compuesta por ciudadanos de corazón grande y espíritu aventurero que no cobran ni un solo peso por su tarea. Cuatro casos que se podrán ver en el primer capítulo de 30 segundos, el ciclo documental que narra la vida cotidiana de los bomberos. El programa, realizado por Cuatro Cabezas, se podrá ver por la pantalla de Telefé todos los lunes, a las 23.30 (o, mejor dicho, al término de El deseo).
Luego de introducirse en el seno de la guardia del Hospital Fernández en E-24, reflejando la actividad de médicos y enfermeros, la productora de Mario Pergolini decidió reincidir con la fórmula que combina documental y reality siguiendo a sol y sombra a un grupo de bomberos voluntarios con 30 segundos –título que hace referencia al período de tiempo en el que suena la sirena de los cuarteles de bomberos ante una emergencia–. “El público se va a encontrar con historias de vida bien diferentes a las de los médicos”, señala a Página/12 Ricardo Pichetto, director de contenidos de Cuatro Cabezas. “Los bomberos –detalla– son tipos voluntarios, no cobran ni un peso. Son personas que se alistan como bomberos porque tienen una entrega total de ayuda al prójimo y por cierto espíritu aventurero. Tienen un espíritu altruista: son capaces de dejar todo por ir a atender una emergencia. No tienen la frialdad de algunos médicos: son gente de barrio, laburantes que tienen los problemas del argentino medio.”
Pese a lo que se supone, 30 segundos no es un ciclo en el que sólo se mostrarán incendios. De hecho, las emergencias por fuego constituyen sólo el 20 por ciento de las urgencias por las que son contactados los bomberos: el resto corresponde a accidentes domésticos, derrames químicos, accidentes automovilísticos y rescates de personas. Aun cuando Pichetto aclara que “los incendios son lo más espectacular en términos televisivos, ya que los bomberos luchando contra el enorme fuego es una imagen de un fuerte sentido épico”. Además, propio de estos tiempos televisivos, el ciclo mostrará la convivencia que se da entre los voluntarios bomberos.
No deja de llamar la atención que 30 segundos se emita por Telefé, una pantalla que hace escasos cinco años era reconocida como un canal familiero y de puro entretenimiento. Calificación que, gestión de Claudio Villarruel mediante, supo modificarse a puro riesgo. “El ingreso de 30 segundos responde al perfil que esbozamos desde hace un tiempo”, dice Bernarda Llorente, subdirectora de contenidos y programación de Telefé. “Nos atrajo la temática de los bomberos –explica– porque es una de las pocas instituciones no cuestionadas en la Argentina actual. Encarna valores aspiracionales que tenemos los argentinos como idea de un país mejor: solidaridad, sacrificio, esfuerzo por los otros. Básicamente, ocupan un vacío que dejó el Estado en el cumplimiento de algunas funciones.” Hoy son alrededor de 25 mil los bomberos voluntarios que arriesgan diariamente su vida en el Gran Buenos Aires: ninguno recibe remuneración. 30 segundos se centra en la tarea de los cuerpos de bomberos de La Matanza y San Miguel. “Elegimos esos destacamentos porque son de los más importantes. El de La Matanza porque es un cuartel que tiene mucha historia y es el de la zona del conurbano más populosa. Y el de San Miguel, porque se trata de un destacamento modelo, tanto en su funcionamiento como en el instrumental con que cuentan. Pero podrían ser otros destacamentos porque el trabajo de los bomberos, cualquiera sea el destacamento, es realmente emocionante y ejemplificador”, subraya Pichetto.