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Teología de la prosperidad
Por Pablo Seman
En televisión y en viejos cines los pastores prometen milagros económicos, afirman que Dios también se preocupa del bolsillo del fiel y demandan ofrendas que anticipen esos milagros con esperanza. Y hay más: algunas iglesias evangélicas desarrollan una labor pastoral que apunta a sujetos empresarios, a objetivos como el éxito económico e identifican su estética con los atributos de lo próspero. La contraparte de ese discurso que incorpora la moneda al área de la gracia es que el diezmo es una obligación sagrada. Recuerdo que un viejo pastor pentecostal, tradicionalista en moral y algo progre en política, no creía en esa teología y la denunciaba, pero el día que se quedó sin fondos para pagar el alquiler de su iglesia apareció un depósito salvador en su cuenta bancaria. Ni él pudo sustraerse a la esperanza de que Dios actuase en todas las áreas y de que él era tan digno de bendición económica como cualquiera...
* Antropólogo.