ESPECTáCULOS
¿Adónde va el dinero del presupuesto de Cultura?
Esa fue la gran pregunta del debate propuesto por la Universidad de Tres de Febrero. Las cifras dicen que la plata está, pero hay que repartirla mejor.
› Por Patricia Chaina
Del presupuesto total en 2001, al ámbito cultural le correspondió un gasto estimado de 398 millones de pesos, incluyendo los presupuestos de Nación, provincias, Capital Federal y ciudades como Mar del Plata y Rosario. ¿En qué se invierte ese dinero? ¿A qué instituciones, programas o distritos se destina? ¿Qué determina que Ciudad de Buenos Aires absorba el 57 por ciento del presupuesto federal para una población que equivale al 7,58 por ciento del total del país? Estos y otros interrogantes se desprenden del Anuario de Indicadores Culturales elaborado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero –Untref–, que a través de su licenciatura en Gestión del Arte y la Cultura implementó por segundo año consecutivo un índice de gastos capaces de determinar políticas estratégicas en relación con el ámbito cultural. Aun cuando hoy, en medio de la crisis que arrasa con toda planificación, esto pueda ser visto como una quimera. “También se puede ver la crisis como oportunidad –sostiene el rector de la Untref, Aníbal Jozami– aunque se trate de una de las crisis más grave en tiempos de paz que hayamos atravesado como país. Por eso, desde esta universidad estamos decididos a producir, a dar pelea en el ámbito de la cultura”. En ese marco, este Anuario se presenta como herramienta a través de la cual la planificación de la cultura es posible, aun en la crisis. Además de necesaria.
Quedó demostrado en el debate que precedió a la presentación del Anuario en la sede del Centro Cultural Borges de la Untref. Allí se dieron cita una veintena de hacedores de gestión cultural entre funcionarios, ex funcionarios, directores de ONG y de secretarías vinculadas al área como Teresa Anchorena (Cooperación Internacional de Nación), Adriana Rosenberg (Fundación PROA), Pedro Vives (ICI), Guillermo Alonso (Fondo Nacional de las Artes), María Sáenz Quesada, Hugo Storero, Alejandro Capato, Diana Saieg, Daniel Ríos, Oscar Barney Finn y Magdalena Faillace, entre otros.
Coordinado por Jozami y apuntalado por los comentarios de Patricio Lóizaga, quien llevó adelante la concreción del Anuario a través del Instituto de Políticas Culturales de la Untref, el debate permitió detectar aciertos y fallas en el actual sistema de promoción cultural que, en principio, no responde a planificaciones ni a estrategias. Se desmadeja según el humor de los funcionarios de turno y responde a criterios economicistas, más que a políticas pensadas en función de objetivos determinados. El trabajo analiza además gran cantidad de ONG dedicadas a lo cultural, el del caso Centro Cultural Recoleta en un análisis especial, y un apartado sobre bibliotecología universitaria digno de ingresar a los archivos nacionales.
“El presupuesto global de los 24 distritos de la nación –apunta Lóizaga–, si se incluye la Ciudad de Buenos Aires, asciende a 368 millones de pesos. Si añadimos los 30 millones destinados a ciudades como Mar del Plata y Rosario, obtenemos 398 millones. Por primera vez en su historia, la Argentina cuenta con una cifra global de gasto público en Cultura”. Después del dato surgieron las preguntas: ¿Hay que descartar los megaeventos y centrarse en los trabajos de base? ¿Es mejor incentivar artistas consagrados o capacitar a quienes todavía no saltaron desde el anonimato? ¿Es necesario que el 70 por ciento se destine al pago de sueldos?
La inequidad del centro respecto del país que existe más allá de la General Paz quedó en evidencia al tratarse “la tasa por habitante que destina cada distrito” en el ámbito cultural. “En relación con el gasto por población –señala el Anuario–, los casos de menor asignación corresponden a Santiago del Estero ($ 0,31 por habitante), Formosa ($ 0,50) y Entre Ríos ($ 0,61). Las más elevadas: Mendoza ($ 5,33), San Luis ($ 7,18) y Santa Cruz ($ 7,62)”. Buenos Aires representa una tasa elevadísima: $ 53,38 en 2001. Y el texto agrega: “La Ciudad de Buenos Aires absorbe el 57 por ciento del presupuesto federal para una poblaciónpropia que equivale al 7,58 por ciento del total del país”. Además, la Capital “supera en 30 millones de pesos al presupuesto de nación, pues posee servicios culturales que insumen costos significativos, como el Teatro Colón”. A lo que Teresa Anchorena se atrevió a agregar un dato: que una bailarina de 45 años cobre 2000 pesos por mes habla de la falta de política en el área, sostuvo, ya que el teatro no tiene una escuela con capacidad para integrarla como docente y debe mantenerla en su cuerpo estable. El cauce de la discusión anunciaba la necesidad de una próxima reunión para ahondar en las escurridizas aguas de la cultura y las artes. Así quedó planteado, tras la convicción de que, abierto el juego, se hizo evidente que en Cultura los recursos están a mano. Sólo falta una planificación para orientarlos.