Mié 15.05.2002

ESPECTáCULOS

“No estudié actuación: aprendí en los escenarios del cabaret”

La española Mariola Fuentes protagoniza “El cielo abierto”, que se estrena mañana aquí. También trabajó a las órdenes de Almodóvar.

Por Ana Bianco

”Jazmina es una tía muy luchadora, que debe sacar adelante a toda su familia. Pero a la vez es débil: la ausencia de una figura paterna le ha generado un vacío enorme.” La actriz española Mariola Fuentes define así al personaje que interpretó como protagonista de la película El cielo abierto, de Miguel Albadalejo, que se estrena mañana en Buenos Aires. Este cuento de hadas moderno cuenta la historia de una simple peluquera y depiladora de un barrio bajo madrileño que por una circunstancia fortuita conoce al psiquiatra de su hermano (Sergi López), al que convertirá en el hombre de su vida. En una entrevista con Página/12, Fuentes habla de éste, su primer protagónico en cine, y de su participación en la última película de Pedro Almodóvar, Hable con ella, aún inédita en la Argentina.
–Usted es una actriz proveniente del under. ¿Cómo llegó al cine?
–Mi carrera siempre fue a pasitos. Llegué a Madrid con 19 años –tengo 31– para trabajar en el género del cabaret y en el underground. No estudié actuación: lo que sé, lo aprendí en los escenarios del cabaret, trabajando. No estudié nada, no porque haya querido o esté en contra de las escuelas sino porque se dio así. Me han ayudado los actores con los que trabajé y Dany Pannullo, el director del grupo de cabaret, que es argentino. Me gusta hacer cabaret, porque me gusta el género musical, bailar, estar en contacto con el público.
–¿Qué le atrajo de la historia de El cielo abierto?
–Me atrajo trabajar con Miguel Albadalejo y con Elvira Lindo, que es una muy buena guionista y escribe con un lenguaje de la calle, como el que habla la gente del común. Mi autoestima subió un poquito con el hecho de que la escribieran para mí.
La historia es maravillosa, como un cuento de hadas. Yo no era una princesa, pero es una historia de amor y de desamor, ya que se entrecruzan otras historias aparte de la nuestra. Me gustó que el guión se refiriese a dos personas comunes. Con la mitad de las historias que se cuentan en el cine uno no se siente identificado, porque uno no se puede ver reflejado en una súper estrella, con alguien que no es de tu misma clase.
–¿Cómo conformó a Jazmina?
–No soy de pensar. Intento ponerme en manos del director. Considero que la historia es de él y es quien la puede contar. Yo solamente soy un instrumento, una esponja, me dejo llevar. Para Jazmina, Miguel es un príncipe. Es el psiquiatra de la obra social y para ella es cómo si fuera el príncipe de Asturias, el heredero de la corona española, es lo más. Un psiquiatra de una obra social es un tipo bastante normalito. Jazmina le aporta a Miguel la energía y la alegría que él no encuentra. Miguel es una persona muy gris, conoce a Jazmina y se le cambia la cara. Es un triste, un personaje soso, que descubre en ella la ternura que su fría mujer no le dio.
–¿La película es un cuento de hadas moderno?
–Es una historia de amor, pero no es una niñería para que uno diga: ¡qué pastel, qué empalagoso! Es una historia de amor, pero de verdad. Me divertí muchísimo con la escena de la cena: Jazmina entra y empieza a hablar y verle la cara a Emilio Gutiérrez Caba para mí era muy fuerte. Había momentos en que se hacía la marica mala. Emilio personifica a un ginecólogo, un típico solterón que nunca da que hablar. Es un personaje homosexual no estereotipado.
–¿No se sintió inhibida al trabajar con Sergi López, el actor español de exportación actualmente?
–No. Estaba preocupada por no defraudar al director. Disfruté trabajando en este mi primer protagónico en cine. De Sergi había visto sólo Lisboa, no conocía mucho su trabajo ni tampoco personalmente. Se dio una buena química. Es un tío muy normal, de la tierra, muy de su pueblo y yo también. No es para nada divo y tiene un sentido del humor parecido almío. Nunca había rodado escenas de sexo y de cama. Me sentía insegura. El director me decía que las escenas de cama no se ensayan, es todo muy técnico. Pensaba que el orgasmo de Jazmina, un orgasmo romántico, de amor y de cariño, debía reflejarse en mi cara. Volvería gustosa a trabajar con Sergi.
–Usted dice que su carrera fue paso a paso. ¿Cómo obtuvo un papel en Carne trémula con Pedro Almodóvar?
–De casualidad. La actriz que iba a ser mi personaje, a último momento no pudo. Estaba en la casa de un amigo jugando a las cartas, fumando y bebiendo, sonó mi movi y era el ayudante de Pedro. Eran las tres de la mañana y me dijo: “Vente ahora al rodaje”. Llegué e inmediatamente fui a hablar con la gente de producción y de vestuario. Esto era un viernes. Al día siguiente fui a peluquería y el lunes estaba rodando. Mi personaje era Clement, trabajaba en una guardería cuidando niños. Era un súper reto no sólo por trabajar con Pedro sino en dos días. Pero esas cosas son así, lo único que te queda es tirar para adelante. Acabo de filmar con Pedro Hable con ella. Hago de una enfermera del hospital donde trabaja Benigno (Javier Cámara) que es el personaje central de la historia. Es una mujer muy insegura débil, equivocada. Espero que le guste lo que hice en ese papel.

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