Jue 16.05.2002

ESPECTáCULOS  › UN DOBLE TRIBUTO A UNA FIGURA CLAVE DEL FOLKLORE

Todos con Sixto Palavecino

Alejandro Medina, Willy Quiroga, Miguel Cantilo, Jorge Durietz, Sergio Dawi, entre otros, acompañarán esta noche al grupo Los Fernández en la presentación de un CD en que participa el propio homenajeado.

› Por Fernando D´addario

La magia de Sixto Palavecino promueve casualidades edificantes. Como que, casi con simultaneidad, Santiago del Estero y Buenos Aires le ofrezcan una suerte de homenaje velado, no oficial, porque al hombre, de 88 años, no le gustan los homenajes. De todos modos, y por un imperativo de justicia que no responde a las leyes del mercado discográfico, León Gieco, Los Manseros Santiagueños y el Dúo Coplanacu tributaron anoche en Santiago su admiración por Don Sixto. Hoy, en La Trastienda, será el grupo Los Fernández el que encabezará un “homenaje rockero” a este folklorista legendario. “Todos los que hacen música lo hacen con amor, con cariño. Por eso apoyo a la juventud que, siendo rockera, se asocia a los folkloristas”, dice Sixto desde su casa santiagueña, en diálogo telefónico con Página/12.
Por razones de salud (tiene problemas en la cadera que lo obligan a andar en silla de ruedas, además de su condición de chagásico y de sus tres by-pass, y encima está engripado) no pudo ni puede estar presente en ninguno de los recitales, aunque, reconoce, “ellos saben que yo estoy allí. A mi edad, lo más lindo que me puede pasar es sentirme reconocido. Y los más grandes musiqueros del país reconocen lo que hice”. Lo que hizo es mucho, desde que, siendo un niño, en el monte santiagueño, fabricó su primer violincito con una madera y un cuchillo. Don Sixto es autodidacta, condición que convirtió en plataforma para modelar un estilo interpretativo único e intransferible. Desde Barrancas (departamento de Salavina), ese paraje desolado que las rutas argentinas esquivan, construyó muy a su pesar un mito sin fisuras. Se mudó luego a Santiago, y también vivió unos años en Buenos Aires donde, tras un intento laboral fallido, terminó hombreando bolsas en el puerto y grabando chacareras para RCA.
Palavecino es autor de 300 temas, grabó 25 LP y lleva editados tres CD’s. Este “sacherito pobre que canta en quichua”, como gusta definirse, tocó con Chico Buarque, Pablo Milanés, Pete Seeger, Milton Nascimento y Mercedes Sosa, y fue uno de los músicos rescatados por León Gieco en De Ushuauaia a La Quiaca. Logró traducir al quechua, tras ocho años de trabajo, nada menos que el Martín Fierro, esfuerzo recompensado con la reciente publicación de una edición bilingüe del texto. “Me siento más cómodo hablando en quechua que en español”, reconoce el hombre.
Quién sabe qué lazos de admiración y curiosidad habrán congeniado para que músicos como Miguel Cantilo, Jorge Durietz, Alejandro Medina, Willy Quiroga, Sergio Dawi, además de varios integrantes de la Mississippi, vayan a subir esta noche al escenario de La Trastienda. Allí se presentará, de modo no convencional, el disco Paso a paso, de Los Fernández. Don Sixto participa en el CD e inclusive es autor de cuatro temas. Lo curioso es que no se trata de un disco de folklore. Tampoco de rock. Es más bien una mirada desprejuiciada que intenta envolver el espíritu de ambos géneros. Marcelo Fernández, un rockero-blusero criado en el oeste bonaerense, luego en Tilcara y otras regiones de la “otra” Argentina profunda, cuenta que conoció a Sixto “hace ocho años. Lo fui a buscar. Yo había trabajado diez años como maestro de música en escuelas rurales, viví en comunidades mapuches, hice espectáculos folklóricos para chicos, entonces fui y le llevé una chacarera, le di el papel, me lo tradujo al quechua y al tiempo ya estábamos componiendo música”.
Fernández reconoce que, para él, Medina, Quiroga, Pappo, son “su” folklore. Ahora, si de mixturación genérica se trata, esta noche se verá a Alejandro Medina, con todo el blues urbano a cuestas, cantando en quechua “Danzanapa” (traducido al castellano: “para bailar”). También estarán, aunque no formalmente, sino respetando las individualidades, Pedro y Pablo. “Para mí es un honor estar en un encuentro así”, sostiene Jorge Durietz. “Desde siempre lo que más me atrajo del folklore fue la chacarerasantiagueña. No si es cierto que hay una conexión entre el rock y el folklore, pero por lo menos dentro de mí está muy fuerte, tanto que acabo de terminar un disco folklórico.”
El año pasado se estrenó La savia del algarrobo, un documental de Daniel Rojas sobre la vida de Sixto. Al público le gustó, pero él no quedó muy conforme. Es que hay cosas que no se explican ni con imágenes ni con palabras. Tal vez la magia de su música, en Santiago y en Buenos Aires, aun en ausencia del propio Sixto, produzca un acercamiento más genuino a su leyenda.

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