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Por Oscar Steimberg *

Abrumados de espontaneidad
El hecho de que operadores, conductores, animadores de televisión se peleen no es bueno, ni malo en sí. En la historia del periodismo del siglo XIX la prensa gráfica era principalmente política. Por entonces la polémica era normal y habitual. Luego vino la idea de que el diario debía ser imparcial y proceder como si fuera la verdad única e indiscutible.
Cuando dejaron de aparecer como diarios políticos, surgió la necesidad de que se explicitara el hecho de la opinión o interés. Los conflictos existen y que se digan no es peor que si se callan. Pero en estas discusiones aparecen razones de detalle, motivos de enfrentamiento individual, acusaciones de moralina de tipo escolar, por demás absurda. No es dañina la autorreferencia, lo malo es la moralina hipócrita. Sería bueno que la TV siguiera autorrefiriéndose a sí misma porque es la manera de tirar abajo la fantasía de la transparencia. Lo malo es que se limiten las peleas a acusaciones de sainete. Si hubiera otro tipo de debates, habría que saludar la autorreferencia. Pero lo de antes no era mejor, no creo en la nostalgia de un paraíso que nunca existió.
La cotidianidad no es un tema pobre para hablar sobre lo que pasa. La manera de hablar sobre política no es mejor de lo que se dice sobre Silvia Süller. Cuando hay pobreza de enunciación, y se acude a la apelación de un sentido común utilizado en términos polémicos y repetitivos, sin idea más que la de explotación del prejuicio más elemental, ahí es donde lo bizarro no es descriptivo, sino que se trata de algo directamente de mala calidad.
La televisión hace una puesta en escena en la medida en que esta expansión de la exhibición de una cierta intimidad forma parte del discurso del operador mediático del momento. Quisiera que no durara demasiado, aunque empezó hace mucho y va a seguir. En este momento la novedad sería que en los programas de difusión en que se pelean, la gente llevara cosas escritas y pensadas. Estamos abrumados de espontaneidad.

* Semiólogo, Ciencias Sociales de UBA. En estos momentos trabaja en los “cambios en el registro de la memoria audiovisual en Buenos Aires”.