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El cineasta Wim Wenders, presidente del jurado y de la Academia del Cine Europeo, fue contundente ayer al defender la excepción cultural del cine: “El cine no debe ser tratado como papas o como coches. Si dejamos que lo hagan estaremos pegándonos un tiro en la cabeza. El cine no es un producto industrial. Europa debe tener claro que nuestras ideas, nuestra riqueza y nuestra diversidad es algo que se representa, sobre todo, a través de nuestro cine. Las soluciones para el cine son políticas”. El director no pasa inadvertido para nadie. Por su gran tamaño, por su gusto por la ropa excéntrica y por la estricta disciplina que aplica a los miembros del jurado. “Me parece importante tener muchas reuniones, cada día hablar de cada película, discutir sobre todas ellas el día que se vieron y no al final de la semana.” Al finalizar el Festival, Wenders seguirá con sus proyectos. “Preparo un documental sobre el blues, siete películas dirigidas por Clint Eastwood, Mike Figgis y Martin Scorsese, entre otros. Además volví a trabajar, 20 años después, en un guión que tenía con Sam Shepard, el autor de París, Texas. Será una película europea rodada en Estados Unidos.”