Damián Szifrón es terminante cuando analiza su posición dentro del sistema de producción de la industria del entretenimiento: “No enfrenté al sistema, el canal colaboró mucho para que hiciéramos el programa, y lo que aprendí ahí no se aprende en ninguna escuela, en cada capítulo exploré un género: ciencia ficción, el policial negro, el espionaje. La TV es un medio tan poderoso y con tantos recursos que te permite mucho vuelo, se pueden usar bien y mal. El nuestro no fue un programa barato pero tampoco dejó pérdidas, y dio buen resultado”, explica, parado exactamente sobre el límite entre la concepción comercial de la TV y la función recreativa del entretenimiento.