Casi quinientos millones de dólares recaudados por la primera película en todo el mundo. Cuatrocientos millones más por su explotación en video. Mas de setecientos millones para la segunda, con una ganancia estimada en doscientos millones más por su lanzamiento en video y DVD. Ciento cincuenta millones de dólares recaudados por la venta del videogame, y unos setenta millones más por las ventas de Animatrix. Un negocio ciertamente multimillonario es el que mueve la franquicia de The Matrix, cuyo último hallazgo de marketing es el estreno de Matrix Revoluciones, planeado para hoy en simultáneo en todo el mundo. Una lotería de horarios que, con Los Angeles a las 6 de la mañana y Tokio a las 11 de la noche, a Buenos Aires le corresponde el horario de las 11 AM para comenzar la explotación comercial de la última entrega de la saga. En un negocio en el que los grandes estudios se dedican cada vez más a las superproducciones que, con una fuerte inversión publicitaria, dominan el mercado en la semana de su estreno, productos como Matrix son un regalo del cielo. Como la recaudación de las primeras semanas es proporcionalmente mayor para los estudios, la clave de las mayores ganancias está en la promoción antes que en hacer buenas películas, ya que el boca a boca sólo sirve para una explotación continuada, algo que no importa mucho a la hora de los estrenos espectaculares.