Un resultado favorable arrojó también el Festival Internacional de Teatro Mercosur, en su cuarta edición. Más breve y con menor presencia de elencos extranjeros, el encuentro repuntó, sin embargo, en lo referente a la calidad de las propuestas. Se multiplicaron los espectáculos al aire libre (permitiendo intervenciones públicas en plazas, centros comerciales y hospitales) y, como en el caso del FIBA, predominó la experimentación y el cruce de disciplinas. En este aspecto sobresalió Amloii, el polémico Hamlet que presentaron los españoles bajo la dirección del chileno Mauricio Zeledón. Esta fue una de las apuestas de mayor despliegue técnico. En cambio, no interesó demasiado la presentación fílmico-musical de la alemana Hanna Schygulla sobre la figura de la actriz estadounidense Louise Brooks. Uno de los montajes más elogiados por el público y la crítica fue El húsar de la muerte, de los chilenos de La Patogallina, con dirección de Martín Erazo.