ESPECTáCULOS › CANAL 13 LE PIDIO QUE ADELANTARA EL REGRESO DE “KAOS”
Un abonado a los desafíos
Por Emanuel Respighi
El accidente de ayer se le cruzó en su mejor momento profesional. Después de dos temporadas consolidado como conductor de Kaos en la ciudad, Castro se encontraba en plena etapa de producción del ciclo periodístico, cuya tercera temporada estaba previsto que se relanzara en la semana que empieza el 15 de este mes. A fuerza de informes audaces y de una mirada desprejuiciada de la realidad, Kaos en la ciudad se convirtió, emisión tras emisión, en uno de los programas emblemáticos de Canal 13, descontracturando la formal investidura periodística que preserva la emisora manejada artísticamente por Adrián Suar. Incluso, ayer mismo, el conductor había estado todo el día en Endemol Argentina, la productora del programa, trabajando con el entusiasmo que lo caracteriza.
Aunque inicialmente estaba previsto que el ciclo comenzara recién en abril, Castro debió apurar su vuelta al trabajo debido a un expreso pedido de Suar. La gerencia artística del canal había adelantado el lanzamiento de los productos más fuertes de su programación, entre ellos Kaos, con la intención de apuntalar el rating del 13, visiblemente bajo en los dos primeros meses del año. En ese contexto, el periodista (como él mismo se define) estaba a punto de viajar a Medio Oriente en las próximas horas, con la intención de realizar un informe sobre las consecuencias que dejó la invasión estadounidense a Irak.
La idea de Castro y de su equipo de producción, más allá de reflejar cómo es la vida en un país casi destruido por los bombardeos ordenados por George Bush, era completar el infructuoso viaje que él mismo había realizado en febrero-marzo del año pasado. En aquella oportunidad, el periodista –junto al productor ejecutivo Rubén Rivero y el camarógrafo Christian Sedam– se había trasladado a Jordania para realizar una radiografía periodística de la guerra, en un intento de diferenciarse de las imágenes ideológicamente monolíticas de la cadena CNN, transformada por aquellos días en casi un vocero de prensa del gobierno estadounidense. Pero a las pocas horas de haber aterrizado en tierra jordana, Castro y sus colaboradores fueron detenidos por tres policías de civil en plena frontera con Irak, por haber filmado un entrenamiento de las tropas del ejército de Jordania. Como no tenían visas de periodistas (llevaban solamente las de turistas), los acusaron de espionaje y, aunque lograron tomar algunas imágenes, debieron emprender rápidamente la vuelta a la Argentina. Por el momento, la segunda parte de ese viaje va a tener que esperar.
Dueño de un estilo directo e informal, Castro nunca tuvo pruritos a la hora de definirse, al punto que encabezó la tendencia –luego seguida por otros artistas– de testimoniar públicamente su homosexualidad. Para algunos, quienes no lo conocen, su “confesión” sólo buscaba ejercer un impacto mediático. Pero sus allegados más cercanos señalan que aquel gesto de sinceridad sobre sus preferencias sexuales respondió a una necesidad íntima del ex conductor de Zoo, Unidos y dominados y Confianza ciega, entre otros programas televisivos.
A mediados del año pasado, Castro pasó –hasta ayer– uno de sus peores momentos personales, cuando debió ser internado durante casi 15 días por una adicción que los medios del corazón insinuaban desde hacía un tiempo. Poco después de recuperarse, fiel a su estilo, Castro no dudó en contar lo que le ocurrió. Lo hizo a través de la pantalla de Kaos..., lo que volvió a generarle críticas y apoyos incondicionales. “En este programa –había dicho el periodista– nosotros hablamos de los problemas que tiene la gente y de cómo pueden superarse. En estos 14 días en los que estuve solito, acompañado por mi familia, por mi pareja, por mis amigos, por la familia de Kaos, me di cuenta de que nunca es tarde para pedir ayuda y que las historias no tienen que terminar todas iguales.” Por estas horas, Castro lucha por su vida.