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Adrián: Esta mujer va a terminar conmigo. Es como una ciénaga que me fue tragando parsimoniosa, pero infatigablemente a través de los años... suave... como un coma farmacológico inducido por goteo... implacable y minuciosa como una muerte lenta... Puede sonar exagerado pero es exactamente lo que siento. ¿Qué es lo que queda en mí después de diez años? Algo más de diez años, en realidad... Este espacio de reflexión inútil, que me sume en la más honda depresión, en el insomnio, en la locura. Porque me estoy volviendo loco, lo sé. Pero no hago nada que lo delate... Es una locura... secreta, la mía, por decirlo de algún modo. Una locura sin salida. Como un grano que te sale para adentro... te arde, te pica, te supura, te explota llegado el caso, pero no se ve. Yo, por ejemplo, ahora me veo acostado ahí con una mujer a la que desconozco. Ella duerme a pata suelta porque cumple su destino... que vendría a ser... exterminar el más mínimo vestigio de vida... autónoma en mí.

Fragmento de Ella en mi cabeza.