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El último gran invento de Roberto Pettinato fue hacer crítica de TV desde dentro de la TV, un formato transitado apenas como el repaso de chismes o el adelanto de películas que ahora se despliega con él como protagonista central y un coro de panelistas en Indomables. El procedimiento es simple: el tipo mira el flash como por primera vez, se deja sorprender, no baja línea y dispara el debate por el lugar menos pensado, confrontando el blooper con la actualidad o el affaire entre estrellas con la intimidad de los miembros del panel. El mérito está en la ambigüedad del tono: mezcla de reseña cariñosa y cross a la mandíbula que hace sonreír hasta a los implicados, pero nunca defrauda al cínico que mira del otro lado. Aquí, un borrador de lo que será la crítica de Pettinato a la TV en el año que está empezando.
–¿Un adelanto breve de su crítica a la TV del verano?
–La televisión del verano es un semillero de oportunidades que nadie aprovecha. Siempre fue así, desde que nacimos. Antes de existir la TV, creo, se hacían programas de radio desde las playas. Se reciclan las escenografías y se coloca conductores con aspiraciones y gente que hace tiempo que no vemos. Existe un concepto erróneo que dice: “La gente está de vacaciones, a nadie le importa nada”. ¡Mal! La gente está de vacaciones y por eso mira más tele que nunca. Pero no se ha logrado un gran avance. Una lástima.
–¿Y sobre la nueva “onda quirúrgica”?
–Se miran esos programas porque nadie quiere una transformación interna... sólo las cejas. El siglo XXI es así. ¡Hey! Dice el Mesías: Nada de rezar, ni de pensar, ni de analizar. Sólo los párpados y una vuelta más de botox para la conductora... Y el pueblo feliz baja de la montaña y se va al Carnaval de Río. “Así te quedan los pies con esta crema”, es la gran frase de TV Compras. Esos son los avisos que uno mira para ver cómo quedan las piernas sin vello.