Lun 08.01.2007

REPORTAJES  › HUMBERTO TUMINI, LIDER DE LIBRES DEL SUR

“Muchos se reciclaron pero son impresentables”

El dirigente social se presenta como parte del ala izquierda del kirchnerismo. Defiende al Presidente pero establece diferencias. En la provincia de Buenos Aires mira con recelo a Daniel Scioli y en la ciudad directamente apoya a Jorge Telerman en vez de al candidato oficial, Daniel Filmus.

En esta semana los movimientos sociales del kirchnerismo se mostraron juntos en la Legislatura porteña y se presentaron como el ala izquierda del oficialismo, con perspectivas a disputar hacia el interior del armado electoral con lo que llamaron la vieja política, o el “pejotismo residual”. Humberto Tumini es uno de los fundadores del Movimiento Libres del Sur, espacio que coordina algunas organizaciones como Barrios de Pie, de la que proviene el dirigente Jorge “Huevo” Ceballos, actual funcionario en el Ministerio de Desarrollo Social. Secretario general de la Corriente Patria Libre desde 1990, es cordobés, tiene 55 años y una extensa trayectoria como militante popular. Defiende el gobierno de Néstor Kirchner, pero establece sus diferencias, como el ratificado apoyo al actual jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, a pesar de que el candidato para la ciudad de Buenos Aires elegido por el Presidente sea el ministro de Educación, Daniel Filmus.

–¿Existe realmente un ala izquierda representativa en el kirchnerismo?

–Existe una representación de izquierda en la sociedad. En la significativa porción de la sociedad que apoya el proyecto del presidente Néstor Kirchner hay un espacio muy importante que se identifica con los postulados más consecuentes de este proyecto nacional, que plantea más distribución de la riqueza, más democracia y más renovación política. Eso hay que tenerlo en cuenta. Después está el grado de representación orgánica que tiene hacia adentro ese sector. Si bien esta representación se encuentra un poco dispersa, es significativa. En los municipios y en las provincias hay infinidad de expresiones orgánicas, más chicas o más grandes, expresadas en algunos dirigentes, grupos de base y algunos sectores sociales y políticos que se sienten identificados. Cierto es que si no hemos alcanzado más vigor institucional es porque enfrentamos una fuerte lucha contra la vieja política, a veces sin el suficiente apoyo de quienes deberíamos recibirlo. En muchas oportunidades el gobierno nacional navega por encima de las contradicciones del kirchnerismo y eso facilita a aquellos que están afianzados en posiciones de poder conquistadas durante la implementación del modelo neoliberal. Hay gobernadores e intendentes que han sido parte de ese modelo que se han reciclado con la política de Kirchner, y que defienden posiciones de poder a pesar de ser en muchos casos impresentables. No siempre tenemos el apoyo suficiente para dar esa batalla. Pero somos fuertes y por eso intentan por todos los medios detenernos y que no nos fortalezcamos más.

–¿Cómo evalúa la designación del vicepresidente Daniel Scioli como candidato primero para la Capital y más tarde para la provincia?

–No ha sido una buena noticia para nosotros. Si ya estábamos en desacuerdo cuando lo eligieron para su desembarco en la Capital y lo hicimos público, no vamos a cambiar de posición porque esté en la provincia. Es difícil de reconocer que un gobernador de esas características profundice los cambios indispensables que necesita la provincia de Buenos Aires. Es una decisión del Presidente y habrá que ver cuál es el dibujo del conjunto de las propuestas que hace el kirchnerismo en la provincia. Hay que ver de quién se rodea, quiénes son los legisladores, qué papel tienen los intendentes, qué papel tiene el PJ y qué papel tienen los sectores que sostienen el proyecto nacional.

–En la Capital, ¿todavía apoyan a Telerman?

–Vamos a apoyar a Telerman hasta el final, no estamos esperando ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Creemos que no es el momento en la ciudad para hacer apuestas a expresiones ideológicamente más puras, pero testimoniales. Es muy importante disputar poder político, porque la derecha viene por el poder político de la ciudad. Hace un tiempo se presentaron dos opciones: la de Jorge Telerman, con un armado plural, con importantes segmentos del progresismo y del kirchnerismo también, más allá de que el telermanismo también lo sea. Por el otro lado Daniel Scioli, que contaba esencialmente con el apoyo principal del PJ de la Capital. El armador de la política oficial en la Capital es Alberto Fernández y es evidente que estaba en la búsqueda de presentar algunas expresiones o dirigentes progresistas. Es casi el mismo plan que se exhibió con la candidatura de Rafael Bielsa y que nos llevó al tercer lugar en el 2005.

–Pero finalmente el candidato fue Filmus, no Scioli.

–Es cierto que Filmus no es Scioli, porque es un hombre que se ha mostrado con ideas más avanzadas que el vicepresidente, más allá de que forme parte de la mesa de conducción del PJ de la Capital. En la presentación de Filmus estaban Scioli, Alberto Fernández, el gremialista Víctor Santa María, el ministro de Justicia Alberto Iribarne y el ministro del Interior Aníbal Fernández. Entonces nos preguntamos si esto era una propuesta más progresista, más avanzada, que expresara más nítidamente lo que nosotros entendemos como kirchnerismo en la Capital o era un maquillaje de la misma propuesta que se hizo en el 2005 y que nos llevó a la derrota. Sin desconocer la posibilidad de que allí se agrupen honestamente y con sinceridad compañeros que piensan como nosotros, en esencia creemos que no es la mejor opción para la ciudad de Buenos Aires y por eso estamos participando del armado político de Jorge Telerman.

–¿Están enfrentados con el jefe de Gabinete igual que Luis D’Elía?

–No tenemos ninguna relación con Fernández. El no se preocupó por tener una relación con nosotros y nosotros no nos preocupamos por tener una relación con él. No nos gustan las concepciones que tiene de la política. Un ejemplo pequeño en el que discrepamos es la manera con que acercó a (Lorenzo) Borocotó. Esas formas de practicar la política son un baldazo de agua fría a las ansias de la sociedad de ver en este proceso una renovación real.

–¿Cree que en la provincia de Buenos Aires se está intentando no romper con viejas estructuras para no perder el aparato provincial?

–Una cosa es romper y otra cosa es no avanzar en la renovación política. El proceso que se inició en el 2005 con la derrota de Duhalde tiene que profundizarse para hacerse creíble, consistente. Deberíamos cambiar una buena cantidad de intendentes que ostensiblemente representan lo viejo. La señal que se dio en Misiones cuando el obispo Joaquín Piña le ganó al oficialismo del gobernador Carlos Rovira estaba dirigida a una demanda muy fuerte de la misma sociedad que apoya y avala al proyecto Kirchner pero repudia los personajes nefastos que fueron cómplices de la destrucción de la Argentina durante los ’90.

–En caso de que el Gobierno actual obtenga un nuevo mandato en octubre, ¿cuáles son los ejes sobre los que ustedes creen que tendrían que trabajar?

–Tenemos una alta valoración del gobierno de Kirchner. Recibió el país en muy malas condiciones y va a terminar su mandato con un país distinto, logrado a base de convicciones y de coraje, más allá de todas las cosas que puedan faltar. Vamos a trabajar activamente para que, ya sea el presidente Kirchner o su esposa, sean los que ganen las elecciones en primera vuelta y accedan a un segundo turno porque entendemos que es el camino para hacer una Argentina distinta. Esta es nuestra posición inquebrantable. La profundización del rumbo actual tiene que ser el objetivo primordial: reindustrialización, sumatoria de soberanía, aumento de la integración latinoamericana, y seguir saliendo paulatinamente del infierno de la crisis económica. Hay que avanzar para lograr una mayor redistribución de la riqueza y también en la estructura económica que se va a gestar. El primer mandato fue para salir de la crisis, el próximo es para moldear el país que queremos. Aspiramos a que se compensen las cargas entre los actores más concentrados de la economía y los menos concentrados. Que la redistribución de la riqueza no sólo signifique mejores salarios, menos gente en la pobreza, menos indigentes, mejores servicios de salud, educación, más vivienda, sino también que los actores económicos no se corran a un predominio demasiado ostensible de los sectores más concentrados, y que acá haya muchas más pymes, pequeños y medianos productores rurales, microemprendimientos, cooperativismo, que se genere al mismo tiempo un país más integral.

–¿Y en el plano de la política?

–Es la primera vez que en un proyecto nacional, que visiblemente favorece a un sector significativo de la población, no existe entusiasmo político. Hay gran apoyo político, pero falta entusiasmo. En lo procesos nacionales de este país como en la Revolución de Mayo, el de Yrigoyen o el de Perón, que fueron beneficiosos para la mayoría de nuestro pueblo y para la Nación, el entusiasmo y la participación política fueron tremendamente activos. Eso todavía no sucede, en parte porque el neoliberalismo produjo un quiebre y una desconfianza en la política, pero en gran parte también porque no hemos renovado la dirigencia y las fuerzas políticas como para que la población vuelva a creer plenamente. En algunos casos se hace difícil creer que los mismos personajes que fueron los causantes del drama nacional hoy sean partícipes de este proceso en el que el país se está poniendo de pie.

Entrevista: Julián Bruschtein.

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