“No puedo asegurar que haya sido una operación. Lo que puedo decir es que la fuga es producto de la precariedad del sistema.” El hasta ayer director de Institutos Cerrados de la provincia de Buenos Aires, el cura Alejandro Blanco, explicó a PáginaI12 las posibles razones de la fuga de tres chicos ocurrida ayer en el instituto Nuevo Dique, de la localidad de Pablo Nogués. Uno de los fugados es el menor de 16 años reconocido por testigos presenciales como uno de los supuestos partícipes del robo en el cual fue asesinado el ingeniero Ricardo Barrenechea, en San Isidro. Blanco, que había renunciado antes del hecho, junto con la subsecretaria de Desarrollo Social, Martha Arriola, de quien dependía, precisó que el lugar donde se produjo la fuga “estaba preparado para albergar a unos 70 chicos, pero en este momento había más de cien”. Blanco eludió opinar sobre las versiones que indicaron que la fuga pudo haber sido “una maniobra” destinada a fortalecer la postura de quienes, desde el gobierno bonaerense, acompañan el pedido del mandatario, Daniel Scioli, de bajar la edad de imputabilidad de los menores que cometan delitos graves. Esa alternativa era rechazada entre otros por Arriola y sus colaboradores, que dejaron la función pública, junto a su jefa, en medio de una fuerte polémica (ver nota aparte).

Según Blanco, los problemas en el instituto de Pablo Nogués habían quedado en evidencia en marzo, cuando “ante una revuelta por el intento de motín de algunos de los chicos, nosotros habíamos denunciado que las condiciones edilicias y la falta de personal no eran las adecuadas”. El ahora ex funcionario precisó que contaban con 24 empleados “cuando se necesitaban 160”. Blanco deslindó de responsabilidad a los guardias del instituto de menores donde se produjo la fuga. “Hay que tener en cuenta que los guardias, en los institutos, además de ser pocos, actúan más como maestros o educadores que como personal de seguridad.” Recalcó que el de los institutos de menores “no es un sistema que esté militarizado”.

El Ministerio de Desarrollo Social bonaerense, a cargo de Daniel Arroyo, confirmó en un comunicado que “tres chicos con causas penales –dos de ellos en el juzgado de Morón y el tercero vinculado al caso Barrenechea– se fugaron hoy (por ayer), a las 17 horas, de un instituto de Pablo Nogués, en el partido de Malvinas Argentinas”. La información oficial sostuvo que para lograr su cometido, “los adolescentes rompieron unas rejas”. Una vez producido el hecho, el director de la institución “realizó la denuncia policial y se dio aviso a los jueces de las respectivas causas”. El ministro Arroyo “ordenó que se inicie una investigación sumaria interna” para determinar las responsabilidades que correspondan frente a lo ocurrido.

Fuentes policiales confirmaron, por su parte, que entre los fugados está un chico de 16 años que habría participado en el robo durante el cual fue asesinado el ingeniero Barrenechea, ocurrido el mes pasado en Las Lomas de San Isidro. El viernes pasado, durante un reconocimiento en rueda de personas, el joven había sido señalado como uno de los que participaron en el asalto. Por el caso Barrenechea está detenido otro joven que, al igual que el ahora prófugo, fueron reconocidos por cuatro testigos presenciales del hecho. El reconocimiento se hizo en la sede de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro, por pedido del fiscal del caso, Gastón Garbus.

Antes habían sido reconocidos por la mucama de la familia Barrenechea. Anoche, luego de la fuga, la Policía Bonaerense hizo varios procedimientos para tratar de recapturar a los fugados. Los operativos se hicieron en Pablo Nogués y también en el partido de La Matanza, donde el chico fugado había sido detenido pocos días después del asalto en San Isidro. La investigación judicial también tratará de determinar si hubo negligencia o complicidad en la fuga. El instituto Nuevo Dique era considerado, a priori, como uno de los más seguros del sistema. Se dijo que fue la Justicia de Menores de San Isidro la que había pedido que el adolescente fuera alojado en ese lugar.

El sacerdote Alejandro Blanco aclaró que el chico que se escapó “está imputado en el caso (Barrenechea), pero no como sospechoso de ser el autor material” del crimen. Sobre el instituto de Pablo Nogués comentó que es un predio rodeado por rejas y que cuenta con la custodia, exterior, de la Policía Bonaerense. “El personal interno, el que está en contacto con los chicos, no tiene armas. Sólo están su palabra y su cuerpo, y su poder de persuasión.” Ellos son “los que conviven con los chicos las 24 horas de encierro”. Insistió en que esos guardias tienen “un rol pedagógico y paterno. Antes de pensar en un dispositivo de seguridad, hay que pensar en un dispositivo de contención”.

“La falta de personal en el instituto es un problema que viene de la administración anterior y es un hecho evidente para todos. La designación de personal pasa por una serie de instancias, pero en definitiva el que tiene que poner la firma (final) es el gobernador” de la provincia. Blanco eludió referirse a las versiones que indican la posibilidad de “una maniobra” que hizo posible la fuga. “Lo único que me llama la atención es que esto haya ocurrido hoy (por ayer) a la tarde, justo después de la renuncia de todo el gabinete” de la subsecretaria Arriola.

Blanco avaló la gestión de Arriola y señaló que el tema de la minoridad “es un problema de emergencia absoluta en el que no pueden existir las trabas burocráticas normales”. Según el padre, a 10 meses de asumir el cargo, hubo señales del agotamiento del sistema. Sin embargo, aclaró, “hubo una colisión de dos modelos: el de quienes quieren poner recursos para poner en pie a la ley 13.298 que indica que el encierro es el último recurso y los que buscan la salida más fácil, la que llamo ‘efectista’, la de la mano dura que no resuelve el tema de fondo”.

Según Blanco, pidieron “a gritos” la apertura de más centros de asistencia y la contratación de 150 personas cuando comenzaron. “Sólo trajeron 24 personas hace 20 días y la gente que trabaja en los institutos está extenuada”. Sobre la propuesta de la baja de imputabilidad aseguró que sólo sirve “para distraernos del problema central: la falta de recursos para atender a los pibes”.