El Poder Ejecutivo italiano presentó ante el Congreso un proyecto de ley por el cual “la alimentación y la hidratación no pueden en ningún caso ser rechazadas” ni por los médicos ni por los pacientes: así, el primer ministro Silvio Berlusconi dobla la apuesta, luego de que el presidente, Giorgio Napolitano, se negara a refrendar un decreto con similar contenido. El Parlamento, con mayoría oficialista, debería aprobar con rapidez excepcional la nueva ley, cuyo primer destinatario es el cuerpo, en coma irreversible, de Eluana Englaro, al que ayer empezó a retirársele la alimentación artificial. La decisión de Berlusconi lo alinea, una vez más, con la Iglesia Católica, uno de cuyos cardenales afirmó que “se está asesinando a una persona”. El retiro de los soportes vitales del cuerpo de Eluana, que lleva 17 años en coma irreversible, había sido solicitado por sus familiares y aprobado por las máximas instancias de la Justicia italiana.

“Respondiendo a mi conciencia, me sentiría responsable de una omisión de socorro a una persona cuya vida corre peligro” y que “podría incluso, hipotéticamente, tener un hijo”, afirmó Berlusconi. Pocas horas antes, el Consejo de Ministros que él preside había aprobado un decreto de necesidad y urgencia con similar contenido, pero el presidente Napolitano se había negado a refrendarlo por considerarlo “inconstitucional”: la violación a la Carta Magna italiana consistiría en desestimar la decisión de las máximas autoridades judiciales del país –la Corte de Apelación y el Tribunal Supremo– que, luego de diez años de batalla legal, dictaminaron que era procedente el retiro de esos soportes vitales.

El proyecto reproduce el texto del frustrado decreto, según el cual “la alimentación y la hidratación, en cuanto formas de apoyo vital, fisiológicamente destinadas a aliviar los sufrimientos, no pueden en ningún caso ser rechazadas por los sujetos interesados o suspendidas por quien asiste a sujetos que no están en condiciones de proveer por sí mismos”.

Para Berlusconi, “si hay voluntad de hacerlo, y de hacerlo rápido, creemos que puede haber una respuesta del Parlamento en poquísimo tiempo”. El presidente Napolitano autorizó la presentación del proyecto legislativo y el Senado –con mayoría favorable al gobierno de Berlusconi– lo incluirá en el orden del día del próximo lunes. No obstante, Gianfranco Fini, presidente de la Cámara de Representantes y principal aliado de Berlusconi, había manifestado reservas sobre la medida.

Desde la oposición, Walter Veltroni, líder del Partido Democrático, afirmó que “el de Berlusconi es un comportamiento totalmente irresponsable. Se busca crear un conflicto institucional”.

La Iglesia Católica explicitó su apoyo a la posición de Berlusconi, sosteniendo que la suspensión de la alimentación e hidratación del cuerpo de Englaro equivale a la eutanasia, prohibida en Italia. El cardenal Renato Martino, titular del Departamento de Justicia y Paz del Vaticano, consideró “alarmante ver que en medio de esta disputa política se está asesinando a una persona”, sostuvo.

En cuanto al padre de Eluana, Beppino Englaro, se limitó a declarar que lo que está sucediendo es “un tormento sin fin”.

Eluana Englaro sufrió el 18 de enero de 1992, cuando tenía 20 de edad, un accidente automovilístico cuya consecuencia fue un estado de coma diagnosticado como “irreversible” por los médicos. Hace diez años, su padre, Beppino Englaro, solicitó ante los tribunales la interrupción de la alimentación e hidratación artificiales que mantienen el cuerpo con vida. Finalmente, el Tribunal de Apelaciones de Milán autorizó a suspender esos soportes vitales.

La autorización judicial admitió que, antes del accidente, había manifestado su voluntad de que, llegada una situación como la que eventualmente hubo de padecer, se le suspendieran los soportes artificiales. En el Parlamento italiano está en discusión una ley sobre “testamento biológico”, que reglamentaría la posibilidad de que las personas hagan constar su voluntad en este sentido.

El martes pasado, el cuerpo de Eluana Englaro llegó a la clínica La Quiete, en Udine, donde ayer los médicos empezaron a reducirle la alimentación e hidratación, en un marco de cuidados paliativos. En las puertas de la clínica, un sacerdote celebró una misa para activistas que enarbolaban carteles solicitando: “Berlusconi, salva a Eluana”.

El caso viene siendo comparado con el de Terri Schiavo, en Estados Unidos, que pasó 15 años en estado vegetativo. En 2005 primó finalmente la decisión de los tribunales federales, que dispusieron el retiro de los soportes artificiales.