Jueves, 17 de septiembre de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › INSóLITA MEDIDA DE UNA JUEZA EN CATAMARCA
Dos niños de cuarto grado se pelearon y luego sus padres se enfrentaron cuerpo a cuerpo frente a la puerta de la escuela, en el municipio de Valle Viejo, en Catamarca. Uno de los padres, policía de la provincia, hizo la denuncia en la comisaría local. Entonces, con el argumento de evitar un nuevo roce, la Justicia intervino con rapidez. Sin establecer a quién se intenta proteger, ayer la jueza del Menor y la Familia Hilda Figueroa ordenó que, por una semana, el aula a la que concurren los hijos de los conflictivos progenitores tenga custodia policial permanente. “Es una medida que se asemeja a las disposiciones de la época de Hitler. ¿Qué peligrosidad social pueden tener chicos que no superan los 10 años?”. Consultado por Página/12, Gustavo Oliva (abogado y rector del Colegio Nacional de La Plata) definió la situación con un único calificativo: “Es disparatada”.
Como Montescos y Capuletos, el conflicto escolar comenzó con la discusión de un niño y una niña. La semana pasada, y a poco menos de siete kilómetros de la capital catamarqueña, los dos pequeños intercambiaron insultos dentro del aula de cuarto grado de la escuela municipal primaria Emilia Azar de Suárez Hurtado. Unos días después, el drama transcendió lo meramente infantil y los padres de los niños se transformaron en los verdaderos protagonistas del conflicto.
Según docentes del establecimiento, gracias a la intervención de uno de los ordenanzas de la escuela, el cruce verbal de los pequeños no llegó a mayores. Pero derivó en distintos enfrentamientos entre sus progenitores. Primero, cuando los adultos se enteraron del incidente también protagonizaron un cruce de insultos en la puerta de la escuela. Inmediatamente después, el enfrentamiento fue físico: ante la mirada de los alumnos, incluidos sus propios hijos, y de los maestros, los papás se empujaron, trompearon y también patearon.
De todas maneras, como en más de una ocasión, la realidad superó cualquier fantasía posible. Porque uno de los padres, que es personal efectivo de la policía de la provincia, realizó la denuncia en la comisaría de San Isidro y luego en el Precinto Judicial 10, por supuestas “amenazas y agresión”. Entonces, tomó intervención en el caso la jueza del Menor y la Familia, quien decidió que los niños continúen en la clase pero tengan una guardia policial en el interior del establecimiento, para evitar un nuevo enfrentamiento.
“No existe peligrosidad social en alumnos de cuarto grado –manifestó Oliva indignado, y al mismo tiempo preocupado–. Teniendo en cuenta la edad de los niños, la salida al conflicto nunca puede ser tan drástica.” La opinión del rector platense se asemejó a la reacción de los maestros de la primaria catamarqueña. Las autoridades escolares rechazaron el ingreso del personal policial al establecimiento por considerar que se “avasallan los derechos de los niños”.
Nunca “es adecuado tomar una intervención tan desproporcionada y coercitiva. Porque para los chicos debe ser muy traumático tener un policía en el aula”, explicó el director del Colegio Nacional de La Plata.
De todas maneras, y ante la negativa de los docentes, la jueza respondió con un exhorto de carácter urgente para que se concrete la custodia policial, y aseguró que en caso contrario se procederá a la detención de la persona que desobedezca la resolución judicial. En ese marco, los niños de cuarto grado de la escuela municipal de Valle Viejo cuentan desde ayer, y en principio por una semana, con personal policial en la puerta del aula para “prevenir incidentes”.
Informe: Mariana Seghezzo.
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