Sábado, 2 de enero de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › DENUNCIARON SER VíCTIMAS DE LA TRATA Y AHORA NO LAS ENCUENTRAN
Dos mujeres que habrían sido obligadas a prostituirse en Plaza Huincul, Neuquén, pidieron ayuda mediante cartas. La Justicia allanó los cabarets de la ciudad y constató la veracidad de lo que habían relatado. Pero no pudo dar con ellas.
Por Mariana Carbajal
La Justicia federal de Neuquén busca a dos mujeres –una de ellas podría ser adolescente–, que estarían secuestradas por redes de trata en algún prostíbulo de la Patagonia y que pidieron desesperadamente ayuda por distintos medios: en un caso a través de un papelito: “Me secuestraron. Avisá a cualquiera menos a la policía porque son todos cómplices. Ayudame por favor. Llamá a Gendarmería, por favor ayudame urgente”. El escueto texto se lo dejó a una persona que se encontraba esperando auxilio por un desperfecto en su vehículo una jovencita que transitaba con otras más junto con un hombre por la banquina de la Ruta Nacional Nº 22, entre Plaza Huincul y Cutral-Có. El otro pedido llegó a través de una carta anónima enviada al diario Río Negro, despachada en la misma zona, y supuestamente escrita por una mujer paraguaya, que da información precisa sobre el funcionamiento del negocio local de la prostitución y denuncia también la presunta connivencia de la policía con las mafias de tratantes. “Necesito contar todo lo que sé, extraño mucho a mis hijitos, están tan lejos (sic), espero poder salir de este horror y volver a mi país”, dice la extensa misiva, escrita de forma algo confusa, que fue entregada por un periodista a la Justicia. Plaza Huincul, localidad neuquina de la llamada comarca petrolera, es señalada por distintas investigaciones como destino en la ruta de la trata para explotación sexual.
Los dos mensajes abrieron una investigación que lleva adelante la fiscal federal de Neuquén, María Cristina Beute. La persona que aguardaba el auxilio para su vehículo se dio cuenta de que una joven le había dejado un papelito escueto pero claro con el pedido de ayuda una vez que el grupo ya había desaparecido de su vista. Fue el 2 de abril de 2009. Entonces decidió acercarse a una ONG y contar lo que le había sucedido. Después fue a la Justicia y entregó el mensaje. Declaró como testigo de identidad reservada. Recordó que la muchachita, que podría tener 18 años o menos según su descripción, se le acercó, pero que enseguida fue reprendida por el hombre que la acompañaba. Iba junto a otras tres o cuatro chicas.
La carta enviada al diario Río Negro fue despachada el 29 de junio en Plaza Huincul. Está firmada por el nombre de pila de una mujer, que la Justicia prefiere mantener en reserva para proteger su identidad y evitar que pueda sufrir alguna represalia por parte de sus captores. “Me trajeron acá para trabajar de empleada doméstica, pero era todo muy distinto acá. Los boliches de Plaza Huincul son todos uno y la policía de seguridad avisa cuando va a haber operativos (...) el dueño nos retiene el pasaporte (...) cobramos una vez al mes (...) nos hacen recorrer todos los boliches (...) Zapala, Chos Malal, Rincón (de los Sauces), son una gran familia (...) hay dominicanas, brasileñas, uruguayas, paraguayas (...) ayúdenme, quiero volver a mi país Paraguay”, dice otro extracto de la carta. También menciona que a las chicas las drogarían para “trabajar”.
En la misiva se aluden como boliches a “La Barra” y “Kalifornia”, que son dos de las cuatro casas de tolerancia o prostíbulos que hay en Plaza Huincul. En el marco de la investigación para dar con el paradero de las dos mujeres, la fiscalía federal de Neuquén realizó de julio a noviembre tareas de inteligencia en los boliches antes de allanarlos el 28 de noviembre. Durante los procedimientos no encontraron a ninguna de las dos mujeres buscadas. Pero sí hallaron a casi treinta, mayoritariamente dominicanas y paraguayas, que ejercían allí la prostitución. Todas declararon que estaban en los locales por su propia decisión. Intervino personal de la Oficina de Rescate y Acompañamiento a Personas Damnificadas por el Delito de Trata, del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos. Pero no detectaron situaciones de trata. Todas las mujeres tenían pasajes para visitar a sus familias para las fiestas de fin de año, manejaban su propio dinero y poseían en sus carteras sus documentos de identidad. Ninguna dijo haber visto a las dos mujeres que la Justicia está intentando localizar.
La Justicia tiene sospechas de que no hayan dicho toda la verdad: en la investigación preliminar, realizada previamente a los allanamientos, la fiscalía recogió información que no coincide en muchos casos con la que las mujeres en situación de prostitución dieron. Lo que sí saltó a la vista es que en la comarca petrolera hay una gran circulación de mujeres por distintos prostíbulos, que son llevadas rotadas. Los datos sobre los prostíbulos y sus explotadores brindados en la carta enviada al diario fueron corroborados. Se encontró que quienes regentean los locales se quedan con un porcentaje de lo recaudado por las mujeres. En el marco de la causa todavía no hay detenidos. Interviene el Juzgado Federal Nº 2 de Neuquén, que a pedido de la fiscalía ordenó la clausura de los cuatro prostíbulos de Plaza Huincul, prohibidos por la Ley de Profilaxis, de 1936.
Como se trata de una falta y no de un delito, se le dio intervención a la Justicia contravencional local, pero ya hay presiones fuertes para que el Juzgado de Paz de Plaza Huincul levante las clausuras. El circuito de la trata y la prostitución, por la información recogida por la fiscalía, se extiende además por Rincón de los Sauces, Zapala y Buta Ranquil, entre otras localidades de la comarca petrolera.
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