A casi una semana del último suicidio en la ciudad salteña de Rosario de la Frontera, a 190 kilómetros de la Salta capital, ayer el comité de crisis se reunió en el hospital local para analizar lo que se hizo y los pasos a seguir. “Vino el ministro de Salud (Gabriel Chagra Dib) y prometió la ayuda necesaria para la comunidad y los recursos que precise el hospital, además de establecer que la modalidad, la estrategia de trabajo, debe ser conjunta”, explicó anoche a este diario la secretaria de Salud Mental, Claudia Román Ru. En los últimos días, agregó, hubo cinco personas que intentaron suicidarse y fueron atendidas en la guardia del hospital. “Evidentemente, hay una especie de brote”, dijo Román Ru.

De la reunión de ayer, a la que siguió una conferencia de prensa, participaron la intendenta local, Rómula Monteros; el comisario Ariel Escalante; la directora del hospital, Gloria Abán; la rectora del colegio donde fallecieron tres de las últimas cuatro víctimas, María Luisa León; el ministro Chagra Dib, el párroco Roberto Yapura. “Y también algunos padres y referentes comunitarios”, detalló Román Ru y explicó que la principal conclusión fue la de articular esfuerzos para prevenir nuevos intentos de suicidio.

“La que se hizo esta primera semana fue reforzar el servicio del hospital, trajimos psiquiatras y psicólogos desde la capital, que estuvieron atendiendo varias consultas, sobre todo de padres preocupados, porque además de los cinco nuevos intentos, hubo algunos pedidos de auxilio de parte de los padres para situaciones que no llegaron a ser graves. Por eso resaltamos que nuestro objetivo es llevar tranquilidad a la comunidad y atender las situaciones complicadas”, contó la funcionaria.

En los colegios, además de talleres hechos para los alumnos, se brindan charlas a los padres. Según Román Ru, “se los orienta para que puedan contener a sus hijos”. En la reunión, María Luisa León, la directora de la Escuela de Comercio 5009, donde cursaban tres de las últimas cuatro víctimas, explicó que los chicos se niegan a confirmar si alguna de las muertes tuvo relación con el llamado “juego del ahorcado”, una práctica difundida por Internet. Por su parte, el comisario dijo que una de las víctimas usó una cuerda para colgarse y no una prenda azul, como supuestamente indica el juego, y aclaró que otra víctima dejó una carta.

“Nosotros creemos que si hubo un juego, sólo fue un desencadenante. Es decir, que son chicos que tenían alteraciones profundas, cosas que van más allá de un juego. De todos modos la Justicia está investigando el tema”, dijo la funcionaria, y recordó que hace algunos meses estuvo recorriendo varias localidades salteñas con una especialista del programa de prevención de suicidios. La sola mención del juego ya inspiró a otros jóvenes del pueblo, según la prensa salteña. El juez Mario Dilascio busca determinar si existieron cadenas de mensajes que puedan asociarse con las muertes.