La problemática que viven a diario los migrantes que ven avasallados sus derechos a la salud, educación, igualdad de trato y oportunidad es la esencia del CineMigrante, que comenzó ayer y se extenderá hasta el 29 de este mes. En este contexto, la conferencia “Migración y Derechos Humanos” hizo hincapié en la nueva Ley de Migraciones, su reglamentación, en mayo de este año, y su implementación. La norma “es uno de los hechos paradigmáticos de la política de derechos humanos de este gobierno, a 180 grados de la ley Arizona”, manifestó ayer Claudio Morgado, titular del Inadi. “La nueva medida reduce los márgenes de prepotencia y amplía las garantías”, aseguró Horacio Verbitsky, presidente del CELS, durante el evento del que también participaron el senador nacional Rubén Giustiniani, y Jorge Muñoz, representante de la Clínica de Migración y Derechos Humanos, entre otros.

En el Centro Cultural de la Cooperación, un centenar de personas participó de la conferencia inaugural del primer Festival Internacional de Cine y Formación en Derechos Humanos de las Personas Migrantes. Ante un auditorio colmado, Morgado manifestó que la legislación que desterró a la anterior norma conocida como ley Videla considera al migrante como un “sujeto de derecho”. En ese sentido, “el decreto reglamentario –firmado en mayo de este año– no restringió los derechos de la ley (de Migraciones 25.871), los especificó y los extendió”, aseguró Verbitsky, titular del Centro de Estudios Legales y Sociales.

Muchas veces las leyes, explicó Morgado, hacen “que entren en tensión cuestiones arraigadas por dispositivos, que subyacen en nuestra sociedad”. Estos se “implementan por hechos diferentes –leyes, procesos discursivos, instituciones– que instauran un determinado proceso ideológico”, reflexionó. Entonces, exhortó a “cambiar hábitos instalados” y la mirada discriminatoria hacia el inmigrante. Para Morgado, la ley vigente interpela la consideración sobre el otro, tal como lo hizo la ley de matrimonio igualitario, con el concepto “binario”. El cumplimiento y defensa de la ley es “una consideración de ciudadanía. Es una pelea política”, precisó el funcionario.

A lo largo de la historia, las respuestas de los gobiernos frente a la inmigración fue “ambivalente”, unas veces actuó con invitaciones y otras con medidas represivas, explicó Verbitsky. Así, la ley Videla fue concebida como un “instrumento de la seguridad nacional y el inmigrante como problema”, expresó y exhortó a profundizar la implementación, a pesar de prejuicios y “editoriales de medios energúmenos”.

En el panel también participó el senador nacional Rubén Giustiniani, que como presidente de la Comisión de Población y Recursos Humanos de la Cámara baja impulsó la sanción de la nueva ley. El legislador rechazó la aparición de medidas migratorias como las de Estados Unidos, Francia e Italia. Celebró los pasos de integración en la región y llamó a “avanzar en la aplicación de criterios normativos”.

Los conceptos de soberanía y mercado dentro de la problemática migratoria fueron abordados por Gabriel Chausovsky, presidente de la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná. Explicó que como consecuencia nace el pensamiento de “a aquellos que no me gustan los expulso”. Sostuvo que “la migración como derecho humano trasladó la titularidad del Estado a la persona: uno tiene derecho a salir y entrar”. Además, criticó las políticas de Estado enmarcadas en la doctrina de la seguridad nacional. Así, “el extranjero terminó siendo demonizado”.

Stella Maris Martínez, defensora general de la Nación, catalogó como un “triunfo” la aprobación de la ley, aunque señaló que falta difundir la iniciativa: “La sociedad debe ser sensible respecto de esta ley”. En esa línea, Verbitsky llamó a profundizar la medida: “Tenemos el violín, ahora hay que afinarlo. Es el desafío”.

Informe: Soledad Arréguez Manozzo.