Después de sacarles la lengua a los periodistas que hacían guardia, el odontólogo Ricardo Barreda se dirigió a los tribunales platenses para explicar al juez Raúl Dalto por qué violó el arresto domiciliario el lunes 17 de enero, cuando una cámara de televisión lo filmó caminando con su novia por la calle. Según explicó su abogado defensor, Eduardo Gutiérrez, Barreda le contó al juez que sufrió “una descompensación” y fue “de urgencia” a una farmacia del barrio porteño de Belgrano, donde vive con su pareja. Desde allí salió ayer escoltado por personal del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y llegó a las 10.45 a los tribunales de la calle 8, entre 56 y 57, adonde ingresó, sin esposas, en medio de forcejeos y de gritos de “asesino” provenientes de un grupo de mujeres, entre ellas Rosa Schoenfeld de Bru, madre de Miguel Bru, víctima de la violencia policial. “Negó haber quebrantado el arresto domiciliario, dijo haber concurrido a una farmacia a tomarse la presión arterial ante una urgencia e informado posteriormente a la Justicia”, comentó su abogado. Y agregó: “Si se trata de una causa que justifique, como una urgencia médica, está expresamente contemplado que se haga atender y luego lo comunique a la Cámara”. Por otra parte, las pericias psiquiátricas hechas a Barreda la pasada semana “fueron positivas”, según Gutiérrez, por lo que la Cámara Penal podría aceptar pronto el pedido de libertad condicional.