SOCIEDAD
› EN UN MEMO DE LA NASA UN INGENIERO HABIA SEÑALADO EL PROBLEMA
Una advertencia antes del desastre
Ayer se conoció que, dos días antes de la catástrofe, un memo interno de la NASA advirtió sobre un corte en las placas de protección de la nave. La agencia dice que el incidente había sido estudiado y no se consideró peligroso. Además, el New York Times dijo que la NASA echó a quienes habían señalado riesgos de seguridad.
Por David Teather
Desde Nueva York
Los funcionarios de la NASA fueron advertidos sobre la existencia de un gran corte en las placas de protección térmica del Columbia en un memo interno dos días antes de que el transbordador se desintegrara en el cielo de Texas. El memo, que fue conocido ayer, incorporó una inquietante pregunta: ¿se podría haber hecho algo para prevenir el desastre que se llevó las vidas de los siete astronautas el sábado por la mañana? Además, el New York Times publicó que la NASA había despedido a algunos científicos que advirtieron sobre los riesgos en el último año (ver aparte).
El memo de advertencia, que se conoció primero en la cadena de noticias MSNBC, fue escrito por un ingeniero de la NASA, quien dijo que había un área de 76 por 19 centímetros de placas aislantes dañadas o perdidas en el ala izquierda. Al menos una placa faltaba completamente, afirmaba el memo. La filmación parecía mostrar una hendidura en el ala.
El punto clave en la investigación es una pieza de aislante que se desprendió del tanque de combustible externo e impactó contra el ala izquierda 80 segundos después del despegue y que puede haber expuesto el metal por debajo de las placas. La nave está cubierta con miles de placas aislantes para poder resistir el calor del reingreso a la atmósfera.
Poco antes de que el trasbordador se desintegrara, las computadoras de la NASA habían registrado un aumento de 15.5 grados en la temperatura de lado izquierdo de la nave e informaron de una marca en el ala, que indicaba una placa dañada o perdida.
En una reunión en Washington, el viceadministrador de programas de vuelos tripulados de la NASA, el general Michael Kostelnik, dijo que la agencia espacial iba a reexaminar el memo. Pero reiteró comentarios que la NASA viene realizando desde el desastre en el sentido de que “los mejores y más brillantes” técnicos del control de misión en Houston, Texas, habían estudiado el incidente producido durante el despegue y decidido que no presentaba ningún peligro para el transbordador.
El general Kostelnik dijo: “Esto no es un nuevo fenómeno. Hemos visto esto antes y en ningún otro caso se produjo un problema importante de seguridad”.
La NASA aún está estudiando otras posibles causas, incluyendo problemas con la estructura de los controles de navegación de la nave, pero concedió que las primeras evidencias apuntan a un problema “térmico” cuando el Columbia enfrentaba temperaturas de 1650 grados.
Bill Readdy, administrador asociado para vuelos espaciales, dijo: “Todo el mundo saltó a la conclusión de que ésa es la causa. Yo no estoy listo para decir eso”. Pero agregó: “Esa es sin duda la principal candidata ahora”.
La NASA sostiene que poco pudo hacerse para reparar las placas aún si hubiera considerado que significaban un peligro potencial. Una caminata espacial para examinar el área por debajo del ala podría haber causado más daño, dijo la agencia.
La búsqueda de pistas incluirá 32 segundos de datos extra de los momentos antes de que el Columbia se desintegrara. Los datos provienen de una señal defectuosa, pero los ingenieros están intentando mejorarla para tener una idea más clara de lo que sucedió. El jefe de la NASA, Sean O’Keafe, informó al presidente George Bush sobre los desarrollos de la investigación. Ayer mismo, Bush presentó un borrador del presupuesto 2004, donde solicita un aumento de 500 millones de dólares para la agencia espacial. Además, la Casa Blanca anticipó que los vuelos espaciales seguirán a pesar del desastre.
En tanto seguían conociéndose nuevas críticas a las reducciones en el presupuesto de la NASA, que según algunos astronautas podrían haber puesto las misiones en peligro.
* De The Guardian, de Gran Bretaña, especial para Página/12.
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