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Estudiantes que abandonaron las carreras de Derecho, Economía e Informática se inscribieron en los últimos días para ser guardiacárceles del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB): de los 1300 inscriptos –record histórico en la institución–, sólo 175 podrán asegurarse un futuro en las cárceles además de alojamiento, alimentos y una beca de 150 pesos durante sus años de estudio.
Joven argentino, si tienes entre 18 y 24 años, puedes presentarte en la escuela de cadetes para integrar la fuerza del Servicio Penitenciario Bonaerense: ésta fue la decisión de 865 chicos y 468 chicas que se inscribieron en la tecnicatura de la policía provincial para el ciclo lectivo 2003. Si bien el único requisito que se solicitaba a los aspirantes era que tuviesen un título secundario, el 30 por ciento de ellos se presentó habiendo realizado entre dos y tres años de estudios terciarios y universitarios. “La mayoría vienen de estudiar Abogacía, Economía, Sistemas y Computación “, dijo el secretario de Relaciones Institucionales del SPB, Juan Carlos Ciappina.
La pobreza y el desempleo en la Argentina (la encuesta que el Indec difundió a principios de mes mostró que en el país hay 21 millones de pobres de los cuales más de la mitad son indigentes) parece ser una de las causas que llevaron a que se presentaran la mayor cantidad de jóvenes desde que comenzaron las carreras de Tratamiento y Seguridad Penitenciaria y Administración Penitenciaria en la Escuela de Cadetes Inspector Baltasar A. Iramain, que ofrece una salida laboral segura en el SPB además de vivienda, comida y 150 pesos, que otorga el gobierno provincial, durante los dos primeros años de estudio.
“La verdad es que con la falta de trabajo y la situación del país, la carrera es una buena alternativa”, dijo Carlos, uno de los 1300 inscriptos, casi el doble que hace tres años, que espera estar entre los 140 hombres seleccionados. Sin embargo, también hay jóvenes que ansían vigilar a los más de 23.000 reclusos, la mayor cantidad del país, con los que cuentan las 34 unidades del SPB. “Estudié Educación Física, pero me cansé, siempre me gustó la carrera del Servicio Penitenciario y por eso me preparé durante cinco meses para el examen”, contó a Página/12 Verónica Villegas, una de las 35 mujeres elegidas luego de rendir exámenes físicos, psicológicos y de educación cívica. “Espero trabajar adentro de las cárceles para reformar a los marginados de la sociedad”, agregó.
Según datos oficiales, el mayor porcentaje de aspirantes vive en Olavarría, Dolores y Barker, ciudades de la provincia donde se están construyendo las próximas cárceles: “También hay muchos inscriptos de La Plata, Magdalena, Gorina y Florencio Varela; son localidades donde ya existen unidades penitenciarias o se están por construir”, dijo el inspector Gustavo Loto, director de la escuela de cadetes.
Una de los ejercicios del examen de educación cívica indicaba que había que distinguir entre derechos civiles, sociales y nuevos derechos: una pregunta vital destinada a los jóvenes guardiacárceles de una institución que en 1998 tuvo cinco funcionarios procesados por delitos de defraudación a la administración pública y violación a los deberes de funcionario público luego del motín de Sierra Chica, ocurrido dos años antes. La pregunta quizás fue incluida como una respuesta a los reclamos del Poder Judicial de la provincia, Amnistía Internacional y hasta del Comité contra la Tortura de Naciones Unidas por las torturas y abusos registrados durante años anteriores en las cárceles bonaerenses lo cual llevó a que el año pasado se destituyera a la cúpula del SPB.

Producción: Gabriel Entin.