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Camino a la destitución. Guillermo Capellán, acusado de haber violado a un adolescente de 15 años, fue suspendido anoche por unanimidad por sus pares del Concejo Deliberante salteño, que además decidieron la formación de una comisión de juicio político que podría destituirlo de su banca sin esperar la resolución de la Justicia. La suspensión es hasta ahora provisoria, ya que la Carta Orgánica municipal establece que sólo puede hacerse efectiva una vez que el funcionario haga su descargo, para lo cual los legisladores acordaron un plazo de tres días. En tanto, el chico que denunció haber sido víctima de Capellán relató ayer cómo fueron los hechos.
Ni el poder mágico ni el político de los que disfrutaba alardear y, al parecer, de los que no se privaba de hacer uso y abuso, le sirvieron de nada esta vez. Apenas conocida la acusación a Capellán el jueves pasado, los otros 17 legisladores decidieron que la gravedad de la situación exigía que se reunieran en sesión extraordinaria para decidir qué posición tomar al respecto. Como en pocas ocasiones, el debate no hizo lugar a partidos ni bloques y todos acordaron que el presunto abusador debía ser suspendido de sus funciones.
“El artículo 17 de nuestra carta orgánica nos habilita a actuar en casos de incapacidad moral, en el que cuadra este hecho. Y aunque aún no haya una confirmación de la Justicia, en la que confiamos plenamente, debemos tomar una decisión preventiva ante un acontecimiento aberrante como éste”, dijo anoche a Página/12 la presidenta del Concejo Deliberante salteño, Nora Giménez, tras concluir la sesión extraordinaria en la que se resolvió la suspensión provisoria de Capellán y en la que los 17 concejales presentes también decidieron unánimemente que la suspensión fuera sin goce de haberes.
En casi una hora de debate, los legisladores expusieron uno a uno sus argumentos y aunque la gran mayoría del cuerpo remarcó su deseo de que el funcionario denunciado por abuso sexual sea directamente expulsado del Concejo, todos aceptaron la aplicación de la carta orgánica municipal. Por esto también se aprobó la formación de una Comisión de Disciplina, Juicio Político y Responsabilidad Patrimonial integrada por los presidentes de los diferentes bloques y la presidenta del cuerpo, Nora Giménez.
“Se debatió este caso aberrante pero también hubo alegatos muy fuertes por la necesidad y el compromiso de luchar en contra de todo tipo de abusos y hechos violentos, especialmente cuando se trata de chicos menores de edad”, remarcó Giménez.
La sesión fue pública y varios empleados y vecinos quisieron presenciar el debate. Pero esta vez parece que Capellán no pudo organizar a su gente, porque nadie en el recinto atinó siquiera a reivindicar al presunto violador, aunque fuera con un gesto de enojo involuntario cuando todos coincidieron en condenarlo –como primer paso en el seguro camino a la destitución– a la suspensión sin goce de haberes. Al contrario, el aplauso generalizado en el fin de la sesión demostró que anoche nadie le avisó a la patota que tenía que trabajar.
Ahora Capellán tiene plazo hasta el jueves para hacer su descargo. Después, la Justicia deberá resolver si es culpable, pero es casi seguro que no recuperará su lugar en el Concejo Deliberante. “Si hay algo que todos los legisladores compartieron es que las palabras no son suficientes para condenar hechos aberrantes como éste”, señaló Giménez y disipó cualquier duda: parece que al mago se le acabaron los trucos.

Producción: Paula Bistagnino.