SOCIEDAD › COMO INCORPORAN PESTICIDAS LOS CHICOS AL COMER ALIMENTOS COMUNES

La dieta del plaguicida

Una investigación en Estados Unidos mostró por primera vez qué consecuencias producen en los niños los alimentos no orgánicos.

 Por Pedro Lipcovich

Por primera vez, un estudio científico mostró que los chicos que siguen una dieta “orgánica” incorporan menos pesticidas que los chicos que comen alimentos convencionales. La investigación –publicada en la revista oficial de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos– se efectuó sobre niños de 2 a 5 años, divididos en dos grupos: aquellos cuyos padres les daban preferentemente frutas y vegetales orgánicos (producidos sin usar agroquímicos) y los que no toman esta precaución: estos últimos habían incorporado una cantidad seis veces mayor de plaguicidas fosforados, en niveles que podrían llegar a superar los valores máximos admitidos por las autoridades sanitarias. Los investigadores eligieron en especial los pesticidas fosforados “por su ya conocida presencia en alimentos frecuentemente consumidos por chicos y por su aguda toxicidad”. El estudio se anota en la polémica sobre el creciente uso de diversas sustancias químicas en la producción agropecuaria. De hecho, los fosforados son menos riesgosos que otros plaguicidas cuyo efecto en el organismo es acumulativo: es el caso de los fluorados –actualmente en uso comercial– o de los clorados como el DDT; estos últimos alteraron tanto el ambiente que, veinte años después de su prohibición, siguen presentes en los productos lácteos destinados a chicos en la Argentina.
La investigación –publicada este mes en la revista Environmental Health Perspectives, órgano oficial de la Agencia de Protección Ambiental del gobierno de Estados Unidos– fue efectuada por un equipo del Departamento de Salud Ambiental de la Escuela de Salud Pública y Medicina Comunitaria de la Universidad de Washington bajo la dirección de Cynthia Curl, sobre una muestra de 39 preescolares de 2 a 5 años en la ciudad de Seattle.
Investigaciones previas señalaban que el riesgo derivado de la ingestión de pesticidas es mayor para los niños que para los adultos, ya que “los chicos, en relación con su masa corporal, comen más que los adultos”, al punto que “la dieta de los chicos puede contener pesticidas a niveles por encima de la dosis admitida, ajustada al peso del niño”, reseñan los investigadores de la Universidad de Washington.
Al mismo tiempo, “suele admitirse que el consumo de alimentos cultivados orgánicamente, es decir, sin uso de agroquímicos, reduce el riesgo de exposición a residuos de pesticidas, pero hasta ahora no había estudios que hubieran examinado esta cuestión”. El equipo de Curl se propuso “comparar los niveles de pesticidas fosforados en la orina de chicos cuyas dietas incluyeran, o bien por lo menos un 75 por ciento de vegetales y frutas orgánicos, o bien por lo menos esa proporción de vegetales y frutas convencionales”. Eligieron los fosforados, antes que otros pesticidas, “a causa de su uso ampliamente extendido y su ya conocida presencia en alimentos frecuentemente consumidos por chicos y su aguda toxicidad”.
Para reclutar a sus pequeños sujetos de investigación, los doctores empezaron por apostarse en la puerta de: a) un local de una cadena de supermercados, y b) el local de venta de una cooperativa de consumidores de alimentos orgánicos; cuando aparecía un papá o una mamá con su nene, le proponían participar. La participación incluía juntar la orina del nene durante tres días y registrar qué tipo de verduras y frutas frescas consumía. Los papás también tuvieron que contestar preguntas como si usaban insecticidas en la casa e incluso si el nene se chupaba el pulgar, a fin de discriminar toda otra fuente posible de exposición a pesticidas, además de la dieta. Se eligieron 21 chicos con dietas predominantemente convencionales y 18 con dietas predominantemente orgánicas, en proporciones aproximadamente iguales de nenas y varones.
La orina de los nenes fue analizada en busca de derivados del dialquilfosfato (DAP), producido a su vez por los plaguicidas fosforados. El resultado fue que “los chicos con dietas orgánicas tenían niveles significativamente más bajos de dimetil metabolitos en su orina que los chicos con dietas convencionales. Los valores medios diferían por unfactor de seis” (0,04 contra 0,34 de la unidad utilizada, llamada micromoles por litro de orina).
Según el trabajo publicado en Environmental Health Perspectives, “este estudio demuestra que la elección dietaria puede tener un efecto significativo sobre la exposición de los chicos a pesticidas. No hay estudios anteriores que hayan puesto a prueba esta hipótesis”. Los investigadores precisan que “la dieta se presenta como la vía primaria de exposición a los pesticidas fosforados”.
Claro que estos resultados conducen a una pregunta: ¿las dosis de pesticidas que reciben los niños criados con dietas convencionales conlleva riesgos? No hay una respuesta concluyente porque el DAP testeado en la orina de los chicos puede derivarse de distintos pesticidas con distintas toxicidades: “Si suponemos que se trata de los pesticidas más tóxicos, casi todas las dosis diarias estimadas están por encima de las dosis máximas admitidas por la Agencia de Protección Ambiental; si suponemos que son los menos tóxicos, ninguna de las dosis está por encima de ese límite”. En definitiva, “este análisis demuestra que el consumo de frutas y vegetales orgánicos puede permitir cambiar el nivel de exposición de los chicos desde un rango de riesgo incierto a un rango de riesgo despreciable”, según el informe de los investigadores de la Universidad de Washington.
En todo caso –aclaró Edda Villaamil, profesora a cargo de la cátedra de Toxicología en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA–, “no hay que entender los resultados de esta investigación en el sentido de un riesgo inmediato para la salud de los chicos: las dosis máximas de referencia se establecen con un margen de seguridad muy amplio, y en los pesticidas fosforados el riesgo no es la intoxicación crónica por acumulación, sino la intoxicación aguda por altas dosis. Distinto es el caso de los pesticidas fluorados, donde hay toxicidad crónica por acumulación a bajas dosis, y que siguen usándose en cultivos comerciales, a diferencia de los clorados, que están prohibidos”.

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